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sábado,
23 de
abril de
2005 |
Crisis. El gobierno teme que la medida obedezca a la intención de priorizar la producción en Brasil
La provincia negocia para que GM
preserve empleos del segundo turno
Se realizó ayer la audiencia de conciliación. Ceretto se reunió con directivos de la empresa en Buenos Aires
El gobierno provincial mostró ayer su preocupación sobre el cierre del segundo turno en la planta de la General Motors en Alvear, que significará la no renovación de los contratos de 320 empleados. El Ejecutivo está inquieto porque cree que la decisión responde menos a una caída de los mercados de México y Chile, como argumenta la compañía, que a una estrategia global que priorizaría atender esa demanda dese Brasil. Algo que desmienten desde GM.
El propio gobernador Jorge Obeid siguió de cerca ayer la reunión de conciliación entre el gremio de mecánicos (Smata) y la compañía, que se realizó en la delegación Rosario de la Secretaría de Trabajo, de la que participó Diego Gómez, subsecretario de Inversiones provincial.
En paralelo, Obeid también seguía el almuerzo que sostenían el titular de la Producción, Roberto Ceretto, en Buenos Aires con el gerente de Asuntos Públicos de General Motors, Sebastián Sarapura, para intentar encontrar una salida en el máximo nivel.
Los teléfonos celulares durante el encuentro en Rosario estuvieron al rojo vivo, tanto de los funcionarios como de los directivos de la compañía, a lo largo de las tres horas que duró la reunión. Entre los que llegó el enojo del gobernador, que con datos en la mano, transmitió su malestar por el impacto social de la medida. Quedó en claro que desde el cónclave en Buenos Aires estaban on line con lo que sucedía en la Secretaría de Trabajo.
La preocupación del gobierno provincial quedó plasmada en que, por segunda vez en el mismo día, Ceretto se reunía nuevamente con Sarapura por la tarde. Al término del encuentro, el ministro dijo que se reunió para conocer de primera mano y sacarse las dudas que tiene el gobierno provincial sobre el argumento de la caída de las ventas externas.
El ministro dijo que desde GM le negaron "rotundamente" que se esté trasladando producción a Brasil. Pero adelantó que la semana próxima se reunirá con funcionarios del Ministerio de Economía de la Nación para terminar de conformar una "opinión realista" al respecto.
El titular de la cartera productiva señaló que no se le ofertó a la compañía "ningún" tipo de beneficios impositivos con la intención de frenar el cierre del segundo turno, ni que tampoco se lo pidió Sarapura al Estado. "Ofrecimos trabajar en conjunto para entrar una solución", remarcó Ceretto.
El encuentro entre las partes en Rosario arrojó que volverán a reunirse el próximo 5 de mayo, a menos de un mes de la finalización de los contratos, en la Secretaría de Trabajo para ver si la compañía encontró algunas alternativas para frenar la reducción de la plantilla de personal. General Motors repitió allí que, entre las variables que están bajo "análisis", está la de encontrar mercados "alternativos" a los de México y Chile.
El cónclave local
El gremio y la provincia insistieron varias veces a lo largo de la reunión local con que la compañía diera mayores precisiones de los potenciales mercados y entregara un detalle más fino del "diagnóstico" sobre las "causalidades" de que se cayeron las ventas en los mercados externos. Sin embargo, los representantes legales se mantuvieron firmes en esos argumentos y que no podían informar sobre las "alternativas" ya que están bajo "análisis".
"Vamos hacer los mayores esfuerzos para retener la mayor cantidad de gente posible", dijo Rafael Dillon, gerente de legales de General Motors, a la salida del encuentro, aunque recordó que "estos contratos de trabajo, que son a plazo fijo, tienen un plazo ya estipulado desde el principio, y que su terminación es el 1º de junio".
Sobre la posibilidad de que Brasil desplace a la planta de Rosario en el abastecimiento de los mercados de México y Chile, como se tiró en la mesa de negociaciones, Dillon se limitó a señalar "no hay reasignación de producción sino caída de mercados", y evitó pronunciarse si la Argentina había perdido competitividad.
En tanto, el secretario adjunto de Smata Rosario, Hugo Din, dijo no "convalidar" los argumentos de General Motors, por lo que insistirán en la "confirmación" de la continuidad de esos puestos de trabajo. Agregó que por ahora "nos vamos a quedar con lo que ellos dicen en el escrito" firmado al finalizar la reunión de conciliación, donde señalan que realizan ingentes esfuerzos para retener al personal.
En paralelo, la cúpula de Smata estaba reunida con las cuatro comisiones paritarias conformados en el sector automotriz: la de GM, Volskwagen, Daimler-Chrysler y Ford, en la que se discutió aumento salarial bruto al mismo nivel del costo de la canasta familiar, que ronda los dos mil pesos.
Aunque el tema de aumento salarial se tocó ayer en la reunión a nivel local, ambas partes no quisieron que se metiera la cola en el debate de conciliación obligatoria. En la planta de Alvear trabajan, al menos hasta fines de mayo, 1.450 empleados. Desde la empresa resaltaron que 80 trabajadores sobre 400 que arrancaron en el segundo turno fueron incorporados a planta permanente en este último tiempo.
En tanto, el diputado provincial Aldo Strada presentó un pedido de informes sobre los beneficios impositivos que recibió la automotriz en el momento de su radicación, a través de la ley 11.286, del año 94. Frente al anuncio de que no se renovarán los contratos de los 320 trabajadores del último turno, el legislador señaló que "resulta llamativo que estas medidas se tomen cuando está por vencer el plazo de exención en los impuesto provinciales".
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Fotos
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El cierre del segundo turno significa la no renovación de contratos a 320 trabajadores.
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