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sábado,
23 de
abril de
2005 |
Dos ablaciones exitosas
se realizaron en el Heca
Dos ablaciones exitosas se realizaron ayer en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (Heca). La primera intervención se le practicó a una mujer de 55 años, cuyo nombre no trascendió y que falleció a causa de un accidente cerebro vascular, a la cual se le retiraron sus córneas para ser implantadas en Rosario. Más tarde se ablacionó a Mario Albano, de 27 años, al que se le extrajeron el corazón, hígado y los dos riñones. "Fueron dos operativos exitosos, que comenzaron anoche (el jueves) y finalizaron hoy (ayer) poco después del mediodía. Y dimos intervención al Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablaciones e Implantes (Incucai), para que determine qué personas estaban en emergencia esperando un corazón e hígado", explicó el director del Centro Unico de Ablación e Implantes de Organos (Cudaio), Armando Perichón.
Como consecuencia de la intervención viajaron ayer a la mañana hacia Rosario dos equipos médicos desde el Hospital Francés y del Argerich de Buenos Aires. En el primer nosocomio esperaban el corazón y en el segundo el hígado, mientras se hacen estudios de compatibilidad con 20 pacientes rosarinos que necesitan trasplante de riñón.
El clima demoró el operativo ya que los aviones que traían a los grupos de profesionales desde Buenos Aires no podían aterrizar a causa de la niebla. La tardanza tensionó a las autoridades del Cudaio, quienes explicaron que el implante del corazón debe hacerse cuatro horas después de ser ablacionado.
Mario Albano falleció el martes pasado en un accidente de moto en la zona sur. A pesar de ser hijo único, Elbia (la madre del muchacho) decidió donar sus órganos. "No tuve dudas porque en vida de Mario muchas veces hablamos de esto y él se ponía muy contento cuando se enteraba que alguien donaba, y estaba dispuesto hacerlo. Espero que las personas que lo recepcionen puedan superar sus problemas y que él viva en otras vidas", dijo Elbia.
De esta intervención quirúrgica se procuraron el corazón al Hospital Francés, el hígado al Hospital Argerich y los riñones a la capital provincial.
Perichón resaltó la tarea de la coordinadora, un equipo de psicólogos que trabaja con los familiares de los donantes. "Se habló con ambas familias y las dos estuvieron de acuerdo, e incluso se mostraron muy agradecidas por la contención y el tratamiento que se les dio en un momento tan especial", explicó.
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