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 sábado, 12 de marzo de 2005  
A un año del horror. Mensajes solidarios, flores, velas y cinco minutos de dolido silencio
Los españoles no olvidan a las 192 víctimas de los atentados del 11-M
Solemnes ceremonias en todo el país. Los reyes presidieron el acto central, en el que no hubo discursos

Madrid. - España recordó ayer con cinco minutos de silencio y numerosos actos a las víctimas del atentado ocurrido el 11 de marzo de 2004 en Madrid, en una jornada en que quedó inaugurado el Bosque de los Ausentes, un jardín conmemorativo ubicado en el céntrico parque de El Retiro de la capital. Esta ceremonia fue la principal y en ella participaron los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y la presidenta de la comunidad autónoma, Esperanza Aguirre, entre otras numerosas personalidades políticas e institucionales del país y del exterior.

A pedido de las asociaciones de las víctimas, no hubo discursos. Los reyes, de luto, colocaron una corona de flores en el lugar, constituido por 192 árboles, cipreses y olivos, que recuerdan a las víctimas de los atentados islámicos, incluido el agente de la policía que murió tres semanas después, cuando siete de los terroristas se inmolaron en una vivienda del distrito de Leganés.

El 11 de marzo se cometieron los atentados islámicos más graves registrados en el territorio de la Unión Europea y fue también la mayor matanza en España desde la Guerra Civil (1936-1939). Al mediodía pararon también durante cinco minutos los trenes de Renfe y se detuvo toda la actividad en las estaciones.


Dolor e impotencia
La palabra se hizo presente a través de miles de mensajes de apoyo y solidaridad que familiares, amigos, vecinos y transeúntes dejaron en las estaciones de trenes de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo. "Víctimas del 11-M, no los olvidaremos", se leía en la entrada de Atocha, convertida desde hace un año en el santuario más importante de Madrid para las siempre renovadas expresiones de sentimientos de dolor e impotencia.

Por seguridad, desde hace tiempo rige una prohibición para dejar recordatorios en la estación de Atocha y, previendo la afluencia masiva de personas, se colocaron paneles en los cuales ayer se podían dejar sentidos mensajes de solidaridad y apoyo.

La pausa se realizó en todo el país, con las autoridades y millones de ciudadanos reunidos en las puertas de edificios, empresas, ministerios, ayuntamientos, aeropuertos y lugares públicos en general como universidades y plazas, con el silencio como protagonista. En algunos lugares hubo actos conmemorativos, se descubrieron placas y monumentos. El paro también fue realizado en el Metro y miles de personas de la capital detuvieron sus coches de forma espontánea para guardar los cinco minutos de silencio o acudieron a la céntrica Puerta del Sol.

En las estaciones de trenes volvieron a aparecer los "altares" improvisados hace un año, con velas rojas, mensajes y flores en memoria de los muertos. Aunque todo funcionó con normalidad, la afluencia de viajeros fue menor a la habitual y el recuerdo de la tragedia se notaba en los pasajeros que pasaban por las estaciones de Atocha, Santa Eugenia, El Pozo y en la calle Téllez.

Los musulmanes de Madrid y de otras ciudades españolas como Fuengirola dedicaron sus rezos de los viernes a los afectados. La mezquita de la M-30 en Madrid guardó un minuto de silencio y celebró una oración especial a las dos y media de la tarde.

La jornada comenzó con un homenaje de las campanas de las 650 iglesias de Madrid, que sonaron al unísono a las 7.37 en memoria de las 192 víctimas mortales y los más de 1.900 heridos de los atentados contra la red de trenes regionales.

A esa hora se registró la primera de las diez explosiones de hace un año que se registraron en cuatro trenes. En el centro de Madrid, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, colocó una corona de laureles en la Puerta del Sol, mientras que el alcalde Gallardón guardaba un minuto de silencio en la estación de Atocha.

En Atocha, una multitud comenzó a aplaudir tras los cinco minutos de silencio. Aplaudir en un funeral es una forma común en España de rendir homenaje a los muertos.


Atención a las víctimas
A su vez, se reunió el Consejo de Ministros del gobierno, en una sesión especial para aprobar una serie de medidas de atención a las víctimas y contra el terrorismo, aprobadas por la comisión de investigación del 11-M.

Entre las iniciativas está la creación de una oficina de atención a los afectados radicada en la Audiencia Nacional y la concesión de un plazo extraordinario de solicitud de ayuda para las víctimas del terrorismo, además de una serie de normas para aumentar el control de los explosivos.

La oficina adscrita a la Audiencia Nacional pretende ofrecer un servicio de tratamiento personalizado, facilitando a las víctimas la realización de los trámites judiciales y todo tipo de asesoramiento social e información. Los homenajes concluyeron por la tarde con una misa oficiada por el arzobispo de Madrid en la Catedral de la Almudena a la que asistió toda la familia real.

Líderes mundiales encabezados por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y cientos de expertos en seguridad se han reunido estos días en Madrid para reflexionar sobre los atentados, atribuidos al extremismo islámico.

Los familiares de las víctimas, nucleados en la llamada Asociación de Víctimas del 11-M, decidieron no participar de los actos públicos, en parte para evitar eventos que evocan sucesos tan traumáticos y también en rechazo a lo que han denunciado como un "uso partidista de los muertos".


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La estación de Atocha se convirtió en un santuario.

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