| sábado, 12 de marzo de 2005 | Chispas en la alfombra azul La campaña política calentó el acto de apertura La ceremonia de apertura programada para el jueves a las 20 comenzó pasadas las 21.30. La razón del retraso fue para muchos increíbles: no se terminó de armar la pasarela ara el ingreso de los invitados al teatro Auditórium antes de las 21.30. No había alfombra roja sino azul.
El acto de apertura contó con la actuación del coro marplatense Carmina. Después llegaron los discursos oficiales de rigor: Miguel Pereira; el presidente del Instituto de Cine, Jorge Coscia; el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, y el gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá.
Inesperadamente, los discursos tuvieron alguna chispa de interés (como cuando Solá ironizó, sin nombrarla, sobre Chiche Duhalde, gracias al título de la película "Las tortugas pueden volar". Ella lo había llamado en algún momento "tortuga"), pero cayeron en la contradicción cuando quisieron explicar por qué el Estado tiene que apoyar el arte. Como reflejo de la cultura de un país. Cierto, pero demasiado poco y obvio para definir lo que pasa cuando una película toca el corazón.
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