| sábado, 18 de septiembre de 2004 | Una actitud que potencia los extremos Un drag queen se distingue por su versatilidad. Lo que hace no es travestismo en el sentido tradicional, sino una exacerbación de la estética camp, surgida en Inglaterra a fines de los años 60, un elogio del exceso, o la síntesis, de los signos femeninos sin perder de vista el hecho de que invariablemente los intérpretes son varones.
En el universo drag (trapos, en inglés), la creatividad está puesta al servicio de la transgresión. El vestuario, el maquillaje, la actitud comunican o critican con artificiosidad y desmesura, y provoca un extrañamiento ante las normativas sociales. Nada es ajeno a esta parodia de los géneros donde, curiosamente, la fuerza masculina se cubre de signos que hipertrofian su opuesto.
Para ilustrarlo, el ciclo del CEC comenzó con una comedia sobre temas poco cómicos. "Trash en Venus" cuenta el encuentro de Electra Trash, una adicta a las drogas duras y a los after hours, y su amiga Venus, que vive recluida en su casa, cercada por todo tipo de fobias, es anoréxica y adicta a las anfetaminas.
La pieza de esta noche, "Radiactiva", tiene como protagonista a Electra Trash que interpreta cinco personajes, entre ellas una guerrillera galáctica, una revolucionaria espacial y una asesina de muñecas de moda, entre otros personajes que descargan su ironía sobre las relaciones humanas.
Con "Erosiones. Tendencia porno chic en la fotografía", que se estrena el próximo sábado, se cierra el ciclo del CEC. Electra Trash, esta vez junto a Avril Fox, rinde un ácido tributo al arte de la fotografía. enviar nota por e-mail | | |