| sábado, 18 de septiembre de 2004 | Una elección que permite cambiar el rumbo de la vida María Teresa Vives vivía en Chañar Ladeado y sólo pudo terminar su sexto grado. Relata que después vino el casamiento, los hijos y siempre quedaron los estudios como algo pendiente.
Por eso cuando vino a vivir Rosario y después que le pasaran distintas situaciones en su vida personal, los cuarenta y ocho años que tenía no fueron obstáculo para empezar sus estudios en la Eempa Nº 1247 que funciona en la Escuela Alem.
Ya pasaron más de diez años desde que obtuvo su título de bachiller pero asegura con enorme cariño que esa etapa "le cambió la vida", no sólo por los conocimientos que adquirió sino también porque aún conserva muy buenos amigos de esa época.
El temor María Teresa todavía recuerda el pánico que tenía el primer día de clase en el patio de la escuela, con su cuaderno y su birome, después de estar alejada por más de 35 años de una institución escolar.
"No sabía si quedarme o salir corriendo por la puerta del colegio", relata. También rememora que la sensación desapareció inmediatamente, gracias a la contención de sus compañeros y docentes que le posibilitaron seguir. Además señala que sus hijos fueron un fuerte apoyo y entre mate y mate, intercambiaron ejercicios de matemática y lengua.
Hoy María Teresa cuenta orgullosa que trabaja como museóloga en el Monumento a la Bandera de Rosario y afirma que esto se lo debe a la Eempa. "Me abrió la cabeza a nuevas cosas", repite una y otra vez.
Para esta ex alumna si hay algo que caracteriza a las Escuelas de Enseñanza Media para Adultos, además del clima que se vive en las aulas, es el hecho de que "se concurre para aprender y no para pasar". enviar nota por e-mail | | |