| sábado, 04 de septiembre de 2004 | Desarmaron a un custodio y asaltaron sin violencia una sucursal del Galicia de Eva Perón y Colombres En dos minutos, cuatro ladrones roban 25 mil pesos de un banco en Fisherton Entraron con las caras cubiertas. Hicieron tirar al público al piso y asaltaron las cajas. No hay detenidos Cuatro hombres encapuchados irrumpieron ayer a la mañana en la sucursal Fisherton del Banco de Galicia, de Eva Perón y Colombres, donde primero controlaron al policía de custodia y le robaron el arma reglamentaria. Luego, como si cronometraran sus movimientos, tomaron el dinero de las cajas, unos 25 mil pesos en total, y huyeron sin lastimar a nadie ni efectuar disparos. Poco después, la policía encontró abandonado a pocas cuadras de allí un Fiat Uno, en el que los hampones huyeron. Tras ser demoradas por el hecho, dos personas recuperaron la libertad y el caso no tiene detenidos.
El monto robado incluye los 15 mil pesos que una clienta iba a depositar. Como ya había entregado el dinero al cajero la mujer no sufrirá esa pérdida sino que el banco, a través de su aseguradora, respondería por el quebranto, precisaron fuentes policiales.
El asalto ocurrió alrededor de las 11.30 y duró dos minutos. Comenzó cuando un cuarteto de asaltantes irrumpió con armas en el local ubicado en avenida Eva Perón 7801. Los hampones llevaban sus rostro cubiertos con medias de mujer y gorros. Primero fueron directamente hacia el agente de policía que cumplía funciones de custodia, después controlaron a unos 15 clientes que hacían cola frente a las tres cajas de atención al público y a los seis empleados de la sucursal. Un segundo policía que estaba en un bunker de la planta alta pulsó la alarma para llamar al Comando. Aunque éste porta un arma, tiene prohibido salir de su puesto con ella en una situación así, por los posibles riesgos hacia el personal y el público.
Un auto y una moto "Nos hicieron tirar al piso y fueron directamente hacia las cajas", contó en estado de nerviosismo la mujer que había entregado al cajero los 15 mil pesos. Por la manera en que están construidos los mostradores, los delincuentes no pudieron saltar del otro lado y tuvieron que conformarse con lo que los cajeros les pasaron a través de las ventanillas.
La banda finalmente huyó en un Fiat Uno color blanco que había quedado estacionado sobre Colombres. La policía secuestró una Garelli a 50 metros de la agencia bancaria que hasta anoche nadie reclamó. "Uno de los ladrones había entrado al banco con un casco en la mano. Y un casco apareció en el asiento delantero del Fiat Uno abandonado", narró el comisario Marcelo Aguirre, subjefe de la seccional 17ª.
"Establecimos que fueron cuatro los que entraron al banco, pero calculamos que en la fuga pudo haber alguien más con un vehículo de apoyo", manifestó el comisario inspector, Ricardo Ruiz, jefe de Orden Público de la Unidad Regional II. En la comisaría 17ª suponían que tras bajarse del auto subieron a motos para proseguir el escape.
El Fiat Uno que fue abandonado por los maleantes en Donado y Cabanellas, a pocas cuadras del lugar del banco, había sido robado ayer mismo a unas 50 cuadras de allí, en la zona de Pueyrredón y Santa Fe. Su dueña lo había dejado allí a las 8.15 y al volver a buscarlo a las 8.45 ya no estaba.
Por la tarde, empleados de la Brigada de Investigaciones examinaban los videos captados por el circuito cerrado del banco. En una pantalla de 8 pulgadas dividida en cuatro recuadros, confió un investigador, se observaban imágenes de precaria definición que ofrecían mínimos detalle de las acciones. La policía requerirá una copia para hacer una ampliación.
Puede ser importante para identificar a los maleantes el aporte del custodio policial que estaba situado en la entrada del banco: fue el único que, de acuerdo a un investigador de Jefatura, vio los rostros de dos de los ladrones, que recién los cubrieron luego de desarmarlo para ingresar. El agente examinará mañana los álbumes para ver si alguna de las caras que aparecen allí le resulta conocida. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Sentada y abrumada quedó la clientela. | | |