Matanza en Rusia. Temen que se acreciente la violencia multiétnica

El frágil equilibrio del Cáucaso amenazado

Moscú. - El presidente ruso Vladimir Putin anticipaba ya antes del brutal desenlace de la toma de rehenes en Osetia del Norte un final poco feliz. "El asalto de la escuela en Beslán es una amenaza para el frágil equilibrio en la multiétnica región del norte caucásico", dijo Putin el día previo al asalto del edificio escolar por parte de unidades especiales rusas con un elevado saldo de víctimas.

Diversos indicios señalan que la mayor parte de los secuestradores eran ingushetios musulmanes. Atacaron y ocuparon una escuela en la vecina Osetia del Norte, de predominancia cristiana, tomaron centenares de rehenes y mataron en medio del caos final una cifra aún no determinada de niños, padres y docentes. Esta nueva escalada de la violencia reabre viejas heridas entre los pueblos vecinos de la región.

Por varios días se dijo oficialmente que los secuestradores en Beslán eran un conjunto de chechenos, ingushetios, rusos e incluso osetios. Los habitantes de Beslán le otorgaron escaso crédito a esta versión. Ellos consideraron desde un principio que los secuestradores formaban parte de un grupo terrorista de la vecina Ingushetia. Los secuestradores sólo hablaban en ingushetios entre ellos, informaron algunos rehenes tras su liberación.


Objetivo mortal
Es evidente que los terroristas entraron a la escuela con un objetivo concreto. Querían forzar la liberación de compañeros de lucha en prisión. Esta exigencia fue confirmada por el asesor de Putin para el norte del Cáucaso, Aslanbek Aslajanov.

El 22 de junio pasado se había producido un ataque de centenares de rebeldes ingushetios desde las montañas sobre centros urbanos de su propio país. En una noche mataron a casi cien personas, entre ellos al ministro del Interior, Abukar Kostoyev, y otros altos funcionarios del gobierno local prorruso. Hay elementos para pensar que la Escuela Nº 1 de Beslán fue elegida conscientemente. En la sede policial que se encuentra frente a la escuela estarían detenidos algunos rebeldes ingushetios, lo que sin embargo no pudo ser confirmado oficialmente.

Los rebeldes tienen por enemigo número uno al que consideran el representante de Putin en Ingushetia, el presidente Murat Syasikov, un ex agente secreto al igual que el jefe del Kremlin. Syasikov evitó estar presente en Beslán en estos días.

En los próximos días se verá cómo reaccionan los osetios del norte a las muertes violentas en su país. Los pueblos caucásicos, tanto los cristianos como los musulmanes, consideran a sus hijos como lo más sagrado, quien les haga daño está expuesto a la venganza de sus familiares. Desde Beslán hay menos de veinte kilómetros a la frontera con Ingushetia. Todo habitante del Cáucaso, se dice, tiene un arma en el armario.

Las fuerzas de seguridad de la región están en estado de alerta. Hace doce años murieron centenares de personas en combates en la región fronteriza entre las dos repúblicas rusas. Hasta hoy predomina en Osetia del Norte la opinión de que la lucha fue desencadenada por los ingushetios, por lo que aún tendrían una cuenta a saldar con sus vecinos. Las muertes en la escuela sólo podrían reavivar esa ansia de revancha. (DPA)

Un voluntario traslada a un niño osetio gravemente herido para su atención médica.