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 sábado, 04 de septiembre de 2004

Ferreiro fue recibida por el intendente Lifschitz y el rector de la UNR
"Educación y cultura no pueden pensarse separadas"

"Hay que tomar a la educación seriamente y no caer en espejismos", le respondió muy tranquila Emilia Ferreiro al intendente municipal Miguel Lifschitz cuando la interrogó con una pregunta que parece obligada en todos los gobernantes: "¿Y qué hacemos con la educación?". Ferreiro fue recibida como visitante distinguida de la ciudad en el Palacio Vasallo. Y más tarde por el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Ricardo Suárez.

"Es común que por esta intendencia pasen y reciba a personalidades conocidas de todos los ámbitos, pero no siempre a educadores", destacó Lifschitz, quien inicialmente no podía encontrar el camino seguro por donde empezar a dialogar ante la presencia de una experta de la talla de Ferreiro. Sin embargo, al poco tiempo la conversación, siempre cordial, cobró fuerza con preguntas del intendente y relatos sobre lo emprendido en distintas obras que involucran a la educación municipal.

Y a decir verdad la investigadora argentina, sin perder la amabilidad, fue contundente con sus respuestas. Recordó que educar para el desempleo es contradictorio; luego, y ante el interrogante sobre qué pensaba acerca de la ley federal, la educadora señaló que no hay que focalizar el problema como algo local. "Los maestros suelen tener una mirada limitada de los problemas, muy ligada al aula", dijo para oponer de inmediato la necesidad de pensar de manera global los problemas. Simplemente, "porque no se puede educar si no hay una especie de utopía, por eso es preciso ampliar la mirada del maestro", recalcó Ferreiro en diálogo con el intendente de Rosario.

De inmediato Lifschitz llevó la charla a la formación de los docentes y Ferreiro advirtió sobre la caída que ha sufrido el prestigio social de los mismos. A tal punto -ejemplificó- que ahora cuando un joven dice que quiere ser maestro -por vocación, no como salida laboral rápida- le preguntan qué le pasa.

Pero también llevó como preocupación al intendente el problema que significa haber perdido hombres en la educación. "Los hombres en educación son importantes. En Europa se busca equilibrar la presencia de mujeres y varones al frente de las aulas, sobre todo por el tiempo prolongado que los niños pasan en las escuelas. Hay que volver a traer a los muchachos frente a las aulas", insistió Ferreiro en otro tramo de la charla.

"¿Qué país le parece que tiene un buen modelo educativo?", preguntó el intendente ya entusiasmado con la conversación emprendida con la educadora. Pero una vez más Ferreiro lo sorprendió con su respuesta: "Como modelo ninguno, porque la educación está enraizada en la cultural local, por eso no se pueden copiar modelos". Lo peor -siguió la investigadora- es cuando "se recomienda lo mismo para Bolivia, Tailandia o Uganda. Hay medidas que funcionan bien en un lugar pero trasladadas a otro no". Y la educadora fue más explícita: "No se puede pensar que la educación no tiene que ver con la cultura, eso sería verla como un modelo cualquiera".

Luego fue el propio intendente quien llamó la atención con una autocrítica ante la investigadora reconociendo que quizás los funcionarios necesitarían contar con una visión más humanista en su formación. "En todo caso los funcionarios deberían tener más asesores provenientes del campo humanista y no tanto de la economía", le recomendó Ferreiro.

Al final de la charla, y antes de que Lifschitz la homenajearla regalándoles una manta tejida en telar en los talleres que protagonizan -mediante un programa social y educativo de la municipalidad- mujeres del barrio Las Flores, Ferreiro recordó que los gobiernos deben comprender que "la educación es un proceso y por lo tanto ninguna medida sustantiva en educación se ve a corto plazo, excepto pintar las paredes de las escuelas, por eso es que siempre choca con las agendas políticas que demandan resultados rápidos para mostrar".


Con la UNR
Ferreiro también participó, invitada por la UNR y a través de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, de una charla con investigadores, donde les expuso las últimas investigaciones sobre las que trabaja. Antes fue recibida por el rector Ricardo Suárez. Y otra vez la educadora mostró tener una respuesta para cada espacio que la convoca, quizás por esa misma visión integral de los problemas que involucran a la educación.

Suárez la hizo partícipe de las discusiones presupuestarias que por estos días - y a decir verdad desde hace años- mantienen en debate permanente a las universidades nacionales.

Más tarde, y en un diálogo que rompió con lo protocolar, el rector reconoció sentirse identificado con lo que la doctora honoris causa de la UNR había señalado un día antes frente a los educadores: "Los chicos saben más que los maestros en materia de nuevas tecnologías, hay que dejarse enseñar por ellos". Con el recorte de La Capital en la mano -donde se publicaban tales afirmaciones-, Suárez le confesó a Ferreiro sentirse desconcertado y hasta con miedo frente a las computadoras, pero también sorprendido por su nieto de tres años, para quien las máquinas no son nada extraño.

Luego de intercambiar distintas impresiones sobre el panorama que plantea la educación superior, Ferreiro dejó su preocupación al rector de una de las universidades más importantes del país: "Hay que estar atentos a esta idea que se impone y que habla de la sociedad del conocimiento, porque cuando uno indaga un poquito, se entera de que tiene que ver con una idea de conocimiento perimible".

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