| sábado, 04 de septiembre de 2004 | Opinión: La cuenta regresiva Adrián Gerber / La Capital Rosario será la sede del III Congreso Internacional de la Lengua Española, y ya es imposible modificarlo. Es lo que deberían asumir, de una vez por todas y pese a sus deseos contrarios, miembros de la Academia Argentina de las Letras y parte del establishment porteño que vienen sangrando por la herida a través de algunos medios de Capital Federal. "Yo estoy decidido a descentralizar la cultura lo más posible. Los porteños que estén interesados en participar tendrán que viajar", argumentó en julio del año pasado el secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella, para justificar la elección de Rosario como anfitriona del encuentro. Así las cosas, es disparatado decir a menos de tres meses de su realización que el congreso "peligra" o está "en duda" porque aún no se consiguieron los fondos para solventarlo. ¿A quién se le puede ocurrir, si así fuera, que un evento de esta magnitud, con presencia de mandatarios de diversos países y escritores de renombre internacional, puede llegar a suspenderse porque faltan uno o dos millones de pesos? Este monto para el Estado nacional es insignificante, y llegado el momento, burocracia mediante, el dinero aparecerá. Pero el congreso sí podría verse empañado, deslucido, manoseado si quienes deben colaborar para que sea un éxito apuestan -por lo bajo- al fracaso. Buscan uno u otro tema para cuestionarlo. Rosario será del 17 al 20 de noviembre el centro de atención del mundo de habla hispana. Pero esos días no sólo estará en juego la imagen de la ciudad, sino también de la Argentina. Por eso todos, pero todos, deben asumir la responsabilidad que les toca. La cuenta regresiva para el congreso ya comenzó, y no hay marcha atrás. enviar nota por e-mail | | |