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 miércoles, 12 de mayo de 2004

Obeid y Lifschitz se comprometieron a mejorar el vínculo
Una reunión secreta para garantizar la gobernabilidad
Política, obra pública y coparticipación fueron los temas principales en la casa del gobernador en Rosario

Mauricio Maronna / La Capital

El gobernador Jorge Obeid mantuvo el lunes un encuentro secreto con el intendente rosarino, Miguel Lifschitz, en lo que constituyó un nuevo intento para acercar posiciones entre la provincia y el municipio. La reunión tuvo como antecedente el ruido político que generó la foto entre el presidente Néstor Kirchner, Lifschitz y Hermes Binner en la Casa Rosada, instantánea que cayó como una patada en el hígado en la dirigencia socialista y el primer mandatario provincial.

La Capital pudo confirmar ayer que del encuentro realizado en la casa que Obeid alquila en Fisherton también participaron el secretario general del Partido Socialista (PS), Rubén Giustiniani, y el ministro coordinador del gabinete provincial, Julio Barberis.

Las fuentes admitieron que en el cónclave "se habló de la necesidad de mejorar la relación entre la provincia y la ciudad", pero también sobrevoló el futuro del régimen electoral en la provincia. En el socialismo hay preocupación por los límites de los recursos coparticipables, "que impiden que en Rosario exista obra pública". Del lado de Obeid, en tanto, se intenta recuperar el índice de adhesión a su gestión en la ciudad más importante de la bota.

El titular de la Casa Gris decidió convocar a los socialistas a su residencia local para evitar un nuevo remolino en la interna del peronismo santafesino, producto de las periódicas declaraciones de Binner, atacando con munición gruesa tanto a Obeid como a su antecesor, Carlos Reutemann. "Ellos (por los referentes del PS presentes en el domicilio del gobernador) dejaron entrever que Binner se corta solo y que de ninguna manera se bancarán que se vaya al gobierno nacional y siga representando al partido", admitió anoche una fuente obeidista.

Entre el monitoreo a los números coparticipables y a los decretos que reglamentan ese flujo, no pasaron inadvertidas las presencias de Rubén Giustiniani (diputado nacional y principal cuadro político del PS) y de Julio Barberis (mano derecha del gobernador a la hora de tejer acuerdos con la oposición).

Mientras unos y otros comentaban la información publicada el sábado por La Capital, según la cual Binner estaría muy cerca de ser convocado por el gobierno nacional, los dirigentes se comprometieron a hacer todos los esfuerzos para recomponer el vínculo institucional.

En verdad, cada estocada del presidente contra el peronismo clásico, utilizando como mascarón de proa a Binner, produce cimbronazos en Santa Fe. En este marco, Lifschitz tiene que hacer esfuerzos extremos para mantener el equilibrio entre el partido, el gobierno nacional y su antecesor.

"No queremos poner en peligro la gobernabilidad de Rosario por las declaraciones poco afortunadas de Binner hacia Obeid. Nosotros somos un partido que tiene que gestionar, y Hermes parece no darse cuenta de que Luis Juez y Aníbal Ibarra son apéndices de Kirchner porque no tienen ninguna estructura propia", dijo una fuente consultada por este diario.

Obeid prefirió mantener este encuentro en reserva debido a que cada vez que apareció en las fotos junto a Lifschitz un sector importante del justicialismo intenta sublevarse: "El Turco, durante su primera gestión, inventó a Binner. Lo llevaba a comer asado a su casa, le liberaba fondos y parecía más cercano a él que a nosotros. ¿O no le regaló la reelección? Ahora no queremos que suceda lo mismo con Lifschitz".

Ahora que el encuentro toma estado público, se anunciará para las próximas horas una reunión conjunta entre ministros y secretarios del área de Hacienda para tratar de encontrar una puerta de salida al corsé presupuestario y coparticipativo que tiene en el freezer cualquier proyecto de obra pública.

Para que esto se destrabe es imprescindible un cambio de relación entre el poder central y la provincia, hoy perturbada por los cortocircuitos y por la constante llegada a Santa Fe de operadores kirchneristas que intentan desalambrar las estructuras del PJ.

Cuando La Capital consultó a una espada socialista sobre las posibilidades concretas de restablecer una relación madura con el gobierno de Obeid, la respuesta fue por demás gráfica: "Hay que dejar que el carro camine para que se acomoden los melones".

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En el mayor de los secretos, el gobernador se reunió con el intendente en Fisherton.

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