| miércoles, 12 de mayo de 2004 | Desbande a mediodía en un establecimiento lleno de chicos en Maipú y Pellegrini Un ex policía empezó a los tiros en una escuela e hirió a una nena Por un ataque de celos, baleó al acompañante de su ex mujer y la persiguió a ella en el colegio colmado. Irrumpióen un salón y gatilló cuatro veces al techo. Una bala que rebotó lesionó a una niña de 7 años. Luego lo apresaron Un ex policía de 61 años tuvo una reacción demencial. Abrumado porque su mujer lo había dejado definitivamente, ayer al mediodía la fue a buscar justo en el momento que dejaba a su hija en el Centro Maternal Nº1, de Maipú 1727. Todo comenzó con una violenta discusión en la calle, a pocos metros de la avenida Pellegrini, donde el agresor no dudó en pegarle un tiro en una pierna a un hombre que salió a defender a la mujer. Ella huyó y se refugió en el interior del instituto pero, enceguecido de ira, su perseguidor abrió fuego con una pistola 9 milímetros en un lugar colmado de criaturas. Fueron cuatro disparos, uno de los cuales alcanzó a una alumna de 7 años que afortunadamente sólo sufrió un rasguño en una pierna.
Lo que pudo terminar en una desgracia dentro de un colegio privado tuvo más que ver con el desenlace de una tormentosa relación de pareja que con un hecho delictivo. Así lo aseguraban ayer fuentes policiales que actuaron en el caso y también una de las protagonistas de esta historia. Miriam Liliana Castillo, de 37 años, salió del colegio abrazada a su pequeña hija cuando todo había concluido y el autor de la balacera, Benjamín Romero, un suboficial jubilado de la policía, ya estaba esposado, dentro de un patrullero.
La mujer estaba quebrada por la tensión y en estado de shock. Antes de que la llevaran a la seccional 4ª, Castillo alcanzó a implorar: "Nunca me dejaba tranquila; me molestaba en el trabajo. Hoy me vino a buscar a mí, me quiso matar; no ven que va a salir, él es policía y nos va a matar. Hace 13 años que lo conozco y siempre me pegó. Por eso me separé. Y ahora hizo esto. A él lo echaron de la policía por todos los asesinatos que cometió", se le escuchó decir claramente.
Castillo y Romero vivieron juntos por más de 13 años y, según contaron ayer voceros de la investigación, ya lo habían sancionado con una exclusión del hogar desde enero pasado. La mujer dijo ayer que la última vez que lo vio fue el jueves pasado cuando prácticamente lo tuvo que sacar por la fuerza de su casa. Ambos viven en Villa Gobernador Gálvez.
El incidente de ayer sacudió a la zona de Pellegrini y Maipú. El jefe de la seccional 4ª, comisario principal Jorge Martínez, consignó a La Capital que todo se produjo después de las 12.30, poco antes de que salieran de clase las casi 400 alumnas que tiene la institución, que depende del Arzobispado de Rosario. Según la versión que pudo reconstruir la policía, Castillo llegó a la escuela junto con Maximiliano Caballero, un garrafero también oriundo de Villa Gobernador Gálvez.
Apareció de repente Al parecer, Miriam Castillo había llevado a su hija de 9 años a la escuela, junto con Caballero. Los tres llegaron a bordo de un camión cargado con garrafas que quedó estacionado por Maipú, casi frente a la puerta del colegio. "Castillo hizo unos trámites en la escuela de su hija y cuando terminó salió a la calle para subirse nuevamente al camión, donde la esperaba Caballero", señaló el comisario. La mujer negó que mantuviera una relación sentimental con el camionero. "Sólo dijo que eran amigos", sostuvo el oficial.
En ese instante hizo su aparición Benjamín Romero, un ex suboficial de la policía pasado a retiro hace varios años. El encontronazo entre la mujer y su ex concubino fue más que áspero. A tal punto que Caballero bajó de la cabina e intentó defender a Castillo. "Entonces Romero extrajo una pistola 9 milímetros marca Browning y le disparó al hombre en la pierna derecha, ocasionándole una herida leve", agregó el comisario.
Ante esto, Castillo retrocedió hasta ingresar nuevamente al colegio. Ella trató de trabar la puerta, pero Romero la venció. Así, la mujer corrió para refugiarse en la dirección. Una vez que logró entrar al edificio, y totalmente alienado, el ex policía perdió de vista a su ex mujer. "Por eso la fue a buscar arriba. Subió las escaleras, en todo momento esgrimiendo el arma, y fue hacia los sectores de aulas", añadió el comisario.
A partir de ese momento, en el colegio se vivieron momentos de pánico y confusión. La llegada de Romero fuera de sí y armado causó un gran revuelo dentro del edificio. Muchas alumnas, especialmente las más chicas, estallaron en llanto y se refugiaron donde pudieron.
Una alumna contó que el hombre irrumpió violentamente en una clase de Lengua donde había 43 nenas. "¿Dónde está la mujer?", lo escucharon gritar mientras esgrimía la 9 milímetros. "Nos asustamos un montón porque en un momento quiso tomarla de rehén a la profesora", contó una de las testigos, todavía nerviosa por lo ocurrido. Al ver que una docente intentaba cruzársele en el camino, Romero disparó 3 ó 4 veces "al techo". Una esquirla rebotó y le dio en un glúteo a Sharon Mijhahuanga, de 7 años. Por milagro no fue algo peor. Sólo fue un raspón. La examinaron y no debió ser internada.
Tras los disparos, Romero retrocedió y se marchó del colegio, en medio de una conmoción absoluta. Algunas estudiantes salieron espantadas a la calle, otras personas no entendían bien lo que pasaba. Osvaldo Piotto, un ordenanza de la escuela, vio que el hombre armado se marchaba a toda prisa y decidió perseguirlo. Lo alcanzó en Pellegrini y Maipú, donde lo pudo sujetar hasta que llegaron efectivos de la Patrulla Urbana. Romero fue subido a un patrullero y llevado a la 4ª. Allí manifestó que no recordaba lo que había hecho luego de entrar a la escuela. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El miedo en las caras de las nenas que salían del colegio. | | |