| miércoles, 12 de mayo de 2004 | Explotación sobre ruedas En los últimos meses del corriente año se anunció en distintos medios de comunicación, casi en forma idílica, el incremento del empleo en nuestro país, descuidándose el análisis, el debate y la información acerca del subempleo y la explotación. Me refiero específicamente al trabajo y sus condiciones que afectan a los peones de taxi de Rosario. Muchos de ellos son padres de familia, hombres mayores que alguna vez tuvieron otro tipo de trabajo y lo han perdido; otros son excluidos del sistema por falta de capacitación y portan un carné de conductor como único currículum. Los peones trabajan de noche, de diez a doce horas y, quizás, algunas más los fines de semana "para hacer un manguito más". Manejan autos que generalmente no están en condiciones, su sueldo depende de una tarifa estipulada por el propietario, la cual se ajusta a la oferta y a la demanda. Pagan el combustible, parte de la frecuencia de la radio para poder trabajar, lavan los autos. Otros, apenas logran un 30 por ciento de la recaudación. Pero unos más, otros menos, la mayoría está en "negro", por lo tanto no tienen posibilidad de enfermarse, de disfrutar un día franco, dado que: día no trabajado, día no cobrado. Noche a noche, recorren calles rosarinas, signadas de soledad y violencia, expuestos a su suerte, y cuántos a la vuelta de la esquina han encontrado la muerte. Se ha dicho que el servicio de taxi en Rosario ha "colapsado"; en realidad, lo que colapsa día a día con estas condiciones de trabajo es la "dignidad", que agoniza lentamente con cada bajada de bandera, contando monedas, con la sola compañía de recuerdos, ideas que a veces se amortiguan sintonizando una FM. Vos "tachero", que te sobran horas solitarias, pensá que la dignidad no se negocia. De lo contrario, en nuestro país, lo único que "irá sobre ruedas" será la explotación.
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