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 miércoles, 07 de abril de 2004

"A los muertos del pasado no se los puede resucitar", dijo un juez
El miembro de la Corte Suprema cuestionó la política de derechos humanos que impulsa el gobierno

El ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Adolfo Vázquez criticó ayer la postura en materia de derechos humanos del gobierno nacional al señalar que "no se puede edificar abriendo constantemente heridas" y afirmó que a los muertos del pasado no se los puede "resucitar".

"Soy de las personas que creen que no se puede edificar abriendo constantemente heridas. Creo que hay que pacificar, terminar con el pasado, pensar en el presente, en los muertos de hoy y en los que hay que evitar para el futuro; los del pasado no los vamos a resucitar", sostuvo Vázquez en una entrevista publicada por el diario La Capital de Mar del Plata.

Vázquez, quien afronta varios pedidos de juicio político, se sumó de esta forma a la polémica que desató el acto del 24 de marzo frente a la Escuela de Mecánica de la Armada, con motivo del 28 aniversario del golpe militar de 1976, y la decisión del presidente Néstor Kirchner de retirar del Colegio Militar los cuadros de los ex dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone.

Para Vázquez, es necesario "restañar esa herida y la sociedad, como cualquier persona individual, tiene que hacer su duelo".

"Creo que el duelo se había hecho, y no sé qué necesidad hubo de abrir esta herida más allá de crear cortinas de humo para que no se traten temas más profundos como la seguridad, el desempleo o la caída de la calidad de vida", disparó Vázquez.

Las polémicas declaraciones de Vázquez se conocen cuando aún la Corte Suprema de Justicia tiene pendiente una definición respecto de la constitucionalidad o no de las leyes de obediencia debida y punto final.

Con una frontalidad inusitada para un miembro de la Corte, Vázquez parece conocer de antemano la suerte que le espera en el juicio político al que está siendo sometido. "Creo que voy a ser la próxima víctima. Todo hace prever que voy a ser depuesto, pero la historia después juzgará", afirmó.

Ese convencimiento está basado en los antecedentes de otros magistrados destituidos, como el caso de Eduardo Moliné O'Connor. Para reforzar el papel de "víctima", comparó los procesos que le siguieron a Moliné y los que desembocaron en la designación de Eugenio Zaffaroni en el máximo tribunal. Tras aclarar que tiene una buena relación con el actual ministro propuesto por Néstor Kirchner, Vázquez sostuvo que "al doctor Zaffaroni le imputaron una serie de cosas que se probaron y al doctor Moliné no le probaron nada y sin embargo lo echan y a Zaffaroni lo nombran".

Según el magistrado, la verdadera razón por la que fue sometido a juicio es no concordar con la política de derechos humanos que impulsa el gobierno. "La forma en que se están planteando son derechos tuertos. Se han destruido las instituciones militares y policiales, se han destruido los poderes Legislativo y Judicial. Temo que estemos llegando a una especie de unicato con un riesgo de entrar directamente en una lucha fraticida o en una dictadura", fue el diagnóstico apocalíptico que trazó.

Luego abordó el tema de los indultos otorgados por Carlos Menem, un tema que el Congreso analiza derogar y en el que la Corte debe expedirse. Vázquez dijo estar en desacuerdo con lo que ha hecho el gobierno en este tema y aseguró que es la razón por el cual está siendo impugnado. "Creo que éste es uno de los principales enfrentamientos y uno de los verdaderos motivos por los cuales el presidente me está pidiendo el juicio político disfrazado por otras razones", disparó.

Fue a partir de este razonamiento en el que Vázquez incursionó de lleno en el tema de los derechos humanos con conceptos muy polémicos: "Soy de las personas que creen que no se puede edificar abriendo constantemente heridas. Creo que hay que pacificar, terminar con el pasado, pensar en el presente, en los muertos de hoy y en los que hay que evitar para el futuro. Los del pasado no los vamos a resucitar".

Esta controvertida afirmación representa una contestación elíptica al acto que se realizó en la Esma, un acontecimiento que Vázquez juzgó como "una cortina de humo" por parte de Kirchner "para que no se traten temas más profundos como la seguridad, el desempleo o la caída de la calidad de vida".

Tras asegurar que dará pelea hasta el último minuto, Vázquez consideró casi un hecho su destitución y enfocó sus críticas en la figura del ministro de Justicia, Gustavo Beliz, a quién acusó de haber agravado el problema de la inseguridad. "Lo único que hizo fue denostar a la Corte, atacar a la policía, decir que todos son corruptos menos él. (Beliz) olvida su pasado y nos ha puesto en una situación degradante ante el mundo entero diciendo que la Argentina era una narcodemocracia. Este hombre se ha montado también en la ola del llamado garantismo".

Sobre este tópico, el magistrado dijo que los garantistas hablan de derechos humanos y lo único que hacen es proteger al delincuente: "El hombre común tiene que vivir encerrado en su barrio, tiene que vivir detrás de las rejas de su casa. Y esto se debe justamente a muy desacertadas políticas del Estado que arrancan con el garantismo".

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Vázquez salió a patear el tablero en un lugar muy sensible.

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