| sábado, 03 de abril de 2004 | | Buscando desesperadamente a un amigo Ya no queda margen para la duda. Desde que Roberto Rosúa se convirtió en ministro de Gobierno de la provincia, se ha transformado en la espada política que toda gestión necesita si pretende llegar a buen puerto. Es que ya se sabe, convertir los proyectos que surgen delante de un escritorio en realidad concreta es un arte que no muchos manejan, sobre todo cuando consisten en pedirle a la gente que haga un esfuerzo con el lugar más sensible que existe, el bolsillo. Y así, ayer le tocó al veterano dirigente justicialista defender a capa y espada ante el periodismo una idea que no obtendrá con seguridad el primer puesto en ningún ranking de popularidad entre los santafesinos: aumentar un peso el impuesto inmobiliario para destinarlo a combatir la inseguridad. En cierto momento del diálogo el acoso movilero puso a Rosúa contra la pared, pero como experimentado esgrimista que es logró superar las estocadas a fondo de la prensa y tirar la pelota para el lado de la Intendencia. Consultado sobre si Miguel Lifschitz apoyaría o no el plus impositivo, contestó: "El intendente rosarino es parco (y aquí se dio cuenta de que ese no era ningún elogio, y giró sobre la marcha)..., razonador, sereno y cerebral, y confío en que tomará la decisión adecuada". A la hora de buscar alianzas, Rosúa no come vidrio. ¿Se solidarizará Lifschitz con el plus? Mmmmm... Todo indica que el socialista prefiere nadar sin salvavidas, sobre todo cuando es de plomo.
| Las épocas cambian a los hombres Otra con Rosúa. "Ahora sí que estamos bien, ministro, no nos vamos a pelear. Un guinchero está en los 1.500 pesos y un peón portuario en 900. Y eso que es temporada baja, va a ver dentro de unos meses". No podía ser más optimista el sindicalista conocido popularmente como Poncho Negro. Destilaba simpatía y el destinatario del mensaje era don Roberto. Ambos tuvieron sus pujas años atrás, durante el recordado conflicto portuario de la primera gestión de Obeid. En ese momento el sindicalista había salido a cortar calles y Rosúa le respondió con dureza. Hoy los ánimos y las circunstancias, quedó visto, son otros. Por suerte.
| Un consejo que vale oro El primer número de la revista que dirige el siempre transgresor y no menos ocurrente Roberto Pettinato ya llegó a los quioscos de la ciudad y entre las múltiples notas, reseñas, críticas y columnas que pueblan sus páginas el periodista local no pudo dejar de detenerse sobre una titulada: "Qué pasa... en Rosario". Mientras bebía con fruición el vaso de soda helada que acompañaba el segundo cortado de la tarde, nuestro hombre dejó de mirar por un instante a las bellas que transitaban por la peatonal Córdoba y se concentró en la lectura. Lo primero que lo sorprendió fue que el autor del panorama, paradójicamente, no vive en Rosario. En fin, se dijo, y siguió, aunque ya con desconfianza. Pero sus resquemores se convirtieron en franca sonrisa cuando en el tercer párrafo descubrió que el experto recomendaba (se supone que a los porteños) no ir al bar El Cairo. Menos mal que no incluyó en la lista el cine Sol de Mayo, la pizzería Astral y la tienda La Favorita. Qué se le va a hacer. No quedó otro remedio que volver a mirar a las chicas. | | | | "Nos hemos de ver entre abortistas, castristas y jefes del Ejército que sirven para descolgar cuadros cuando arde la inseguridad más espantosa" Carlos Menem Ex presidente | Ver noticia | | |