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 miércoles, 03 de marzo de 2004

Infierno en la terminal de ómnibus de Santa Fe
Tres muertos al incendiarse un micro en el que no andaban los matafuegos
El colectivo venía de Brasil y se dirigía hacia Córdoba. Se ignoran cuáles fueron las causas del siniestro

Santa Fe.- Una absurda tragedia horrorizó ayer el despertar de los santafesinos. Un micro se incendió en la Terminal de Omnibus local, tres de sus ocupantes quedaron atrapados y murieron carbonizados ante la vista e impotencia de mucha gente. Los matafuegos del micro no funcionaron y el combate del incendio se vio afectado por la demora de los bomberos, según dijeron testigos.

Alrededor de las 6.30, una unidad de la empresa brasileña Penha estacionada en la dársena 4 se convirtió en una trampa para sus dieciocho pasajeros que en medio del pánico lograron salir a medida que una densa humareda negra invadía la planta alta del rodado para dar paso, en pocos minutos, a un fuego que lo consumió en un 90 por ciento. Pero un menor de 7 años, su tía de 48 y otra joven de 23, quedaron atrapados. "Juro que sus desgarradores alaridos no podré olvidarlos jamás. Afuera todos gritaban y lloraban mientras intentaban lo imposible: no funcionaron los matafuegos y los bomberos llegaron tarde" contó a La Capital una mujer que se encontraba en el lugar al momento del drama.

La tormenta eléctrica que ayer se abatió sobre Santa Fe apenas comenzaba a ceder en su ferocidad pero nada hacía presumir la pesadilla del micro proveniente de San Pablo (Brasil) y con destino a Córdoba. El juez de Instrucción Julio César Costa pidió al Ceride que realice peritajes para determinar las causas del incendio pero todo hace presumir que se trató de un desperfecto del propio micro que se habría encontrado en ese momento con el motor encendido. La mayoría de los testimonios coincidieron en afirmar que el humo y el fuego se habrían iniciado en la planta baja, en el sector donde se encontraba el baño y la máquina de café.

No obstante, la imprevisión y quizás cierto nivel de improvisación que, conforme la indignada polémica que sobrevino en la ciudad y los dichos de testigos, podrían haber incidido para que el siniestro terminara con el desgraciado saldo que tuvo, dada la carencia de elementos apropiados para sofocar un incendio y personal idóneo para actuar en una emergencia en la Terminal. A ello se sumó la demora de bomberos y equipos de socorro que recién después de casi veinte minutos pudieron llegar al lugar, tras ser demorados por el congestionamiento que produjeron varios micros de media y larga distancia en la calle de acceso a las dársenas y a los que no se advirtió de la situación.


Sin recursos
Los momentos vividos fueron terribles. "Estábamos en el bar con mi marido cuándo un chico gritó que había fuego en un colectivo. Mi marido corrió a buscar un matafuegos pero al accionarlo salió un chorrito sin fuerza. Para entonces, la escalera hacía de chimenea y el humo se concentraba arriba. Mi esposo tiraba el matafuegos contra las ventanillas de arriba intentando romper los vidrios. Una joven buscaba romperlos desde adentro. Fue desesperante", contó Paula Guerrero, pasajera del micro.

Guerrero debió ser asistida en el Hospital Cullen por cortaduras en sus brazos y contusiones, luego que de que pudiera escapar rompiendo el vidrio de una ventanilla y se arrojara desde la planta alta de la unidad. Médicos del nosocomio público informaron por la tarde que su situación no revestía peligro.

Un joven brasileño de 14 años se convirtió en el héroe de la jornada. Era uno de los pasajeros que había bajado momentos antes al bar de la terminal y al advertir la situación corrió nuevamente al micro y comenzó a despertar a los pasajeros que dormían logrando que la mayoría pudiera escapar con vida.

En tanto, en torno al pesado vehículo ya se habían amontonado todos los presentes en las inmediaciones, empleados de las boleterías, maleteros y guardias de la seguridad privada de la estación quienes presumiendo que la totalidad del pasaje había descendido y se encontraba a salvo, procedieron a empujar al colectivo temiendo que explotara el tanque de combustible. Desde allí, mientras esperaban la llegada de los bomberos observaron cómo en pocos minutos el vehículo fue consumido por las llamas.


Víctimas fatales
La presencia solitaria en estado de shock y aferrada a lo que algunos suponen era un juguete, de la niña Priscila Medina Bogni, llevó a algunos a preguntarse por la tía y el hermanito con quienes viajaba. Pero la confusión del momento hicieron presumir que éstos ya estaban siendo asistidos en algún otro sitio del edificio. Más tarde se supo que Judith Selva Bogni, de 48 años y Tiago Medina Bogni, oriundos de la ciudad de Río Cuarto, eran dos de la víctimas. La tercera fue identificada como Lucrecia Cubas, de 23 años.

El resto del pasaje, además de la pequeña Priscila y la joven Guerrero estaba integrado por los argentinos Silvia Herrera, Verónica Cabrera, Tatiana Carolina y Oscar Fernando Machuca, María Victoria Paz, María Luisa Barreto, Adriana Meyer. Las peruanas Lidia Llerena Muñoz y Lourdes Patricia Perea y los ciudadanos brasileños Allan José de Melo, Marta Caetane Ferreyra, Alamir José Vila Nova, Mario Cordeiro Dos Santos, Edina Aparecida de Oliveira y Jorge Omar Prieto.

El micro había cargado pasajeros, además, en Curitiba e hizo paradas en Posadas y Corrientes.

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El fuego se habría iniciado por un desperfecto en la planta baja del micro.

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