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 miércoles, 03 de marzo de 2004

Reflexiones
Sobre la unión estable de parejas

Alicia Gutiérrez (*)

Considero que la unión estable de parejas, sin distinción de sexo u orientación sexual, es una deuda de la sociedad santafesina para con quienes no han encontrado hasta hoy un reconocimiento desde el Derecho, para aquellas personas capaces que eligen una forma de vida privada según su elección y autodeterminación.

Esta falta de reconocimiento a la unión civil de dos personas, sean homosexuales o heterosexuales, sólo tiene algún registro al tomar al concubinato para ciertos derechos, muy limitados.

Debido a esta falencia, los derechos civiles no pueden hacerse efectivos, tales como el derecho al goce de licencias, acceso a viviendas, leyes previsionales, asistencia a la salud, asignaciones especiales, acceso a planes sociales, visitas intimas a personas detenidas dentro del sistema carcelario, entre las mas importantes.

Días pasados algunos objetores de conciencia, impugnaban en forma alevosa y discriminatoria a los prestigiosos penalistas candidatos a integrar la Corte Suprema de Justicia, Raúl Zaffaroni, quien logró su aprobación, y Carmen Argibay, porque no habían constituido parejas estables o no se habían casado. Creo que esas opiniones autoritarias no deben primar, cuando se debe hacer prevalecer la inclusión de todos los argentinos que pretendan vivir dentro de la Constitución, en paz, libertad y democracia, sin distinciones, como lo establece la ley 23514, contra toda discriminación.

Hoy aspiramos a vivir en una sociedad dinámica, en constante evolución, donde los procesos sociales e históricos, avancen en tantas direcciones como opiniones existen.

Los principales motivos de discriminación son la pobreza, la falta de acceso a la educación y al trabajo digno. Es importante ir salvando las deudas sociales que hoy podemos modificar, para avanzar sobre aquellas que hacen a las mas importantes causas sociales colectivas, que están llevando a la sociedad a su propia destrucción.

Por lo tanto evitar que grupos de ciudadanos minoritarios no puedan ejercer su libertad de poder constituir parejas , en esta sociedad que es una suma de muchas minorías, y llevar adelante sus derechos habiendo cumplido los requerimientos de convivencia, domicilio legal, una relación de afectividad estable, notoria y publica por un período ininterumpido de 12 meses, me parece una medida muy razonable y madura, es por ello que he de apoyar la concreción de la propuesta de la Asociación Civil VOX en la Cámara de Diputados de la Provincia.

Por otra parte las limitaciones para hacerlo a los menores de edad, familiares consanguíneos, o por adopción, los unidos en matrimonio mientras subsista y los incapaces, resulta altamente sensato y cumpliendo mínimos recaudos que fortalecen la moral y el respeto por el diferente.

Uno de los principales objetivos de esta ley es la no discriminación por razón de la decisión de elegir su grupo familiar. Este sentido es notorio, ya que quienes han contraído matrimonio, tienen prerrogativas, que aquellos por no haberlo constituido, en especial quienes conviven con una persona del mismo sexo, no poseen ninguno de los derechos de los heterosexuales.

El problema de la salud es uno de los mayores riesgos que corren aquellas familias sin reconocimiento del derecho publico, ya que la enfermedad en alguno de los convivientes no da derecho al otro a su cuidado, ni a licencias de familia. Tampoco las leyes previsionales tienen previsto, la pensión para los convivientes, dándose casos notorios de orfandad del superstite en caso de fallecimiento del otro miembro.

Santa Fe, debe ser una provincia para que cada vez mayor cantidad de ciudadanos sientan que son contenidos, representados, pero también participes activos de una sociedad que da cabida a las minorías y son aceptados por su realidad, por su elección de vida, rompiendo viejos preconceptos y prejuicios que solo han constituido hipocresías y potestad para unos pocos que desde el poder, han discriminado a quienes piensan o viven distinto.

La convivencia y la tolerancia consolidan una sociedad moderna, en constante progreso, donde el respeto a los derechos del semejante es base imprescindible para el crecimiento en la diversidad y para una salud mental colectiva mas saludable.

(*) Diputada provincial del ARI

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