| miércoles, 03 de marzo de 2004 | Cuidado con los dueños Cada día son más abundantes los excrementos caninos que se encuentran en las veredas de Rosario, un problema más que se añade a los sufridos peatones, quienes además de pensar en los múltiples problemas de cómo llegar a fin de mes, tienen que estar atentos a donde pisan para no llevarse una repugnante sorpresa. Las normas de convivencia urbana determinan que no se puede ensuciar en la vía pública, entonces, ¿por qué motivo los dueños de los perros no tienen consideración para con los demás y salen a pasear a su mascota munidos de una palita y una bolsa para levantar las deyecciones? Curiosamente, algunos vecinos hipócritas argumentan que se trata de las heces de perros vagabundos. Ahora bien, si uno observa con atención, comprobará que los perros vagabundos generalmente ensucian donde hay tierra o plantas, en cambio los perros "con dueño" son quienes defecan en cualquier lugar, veredas, puertas, comercios, zaguanes, como si la convivencia con sus amos les hubiera hecho perder el instinto natural de ir a donde corresponde. Esto le da la razón a los sociólogos que sostienen que las mascotas terminan adoptando la personalidad de sus amos. O sea, que a sus dueños les importa un bledo los derechos del prójimo. Una solución a esta falta de consideración sería la aplicación de multas a los propietarios de los canes infractores, no en efectivo sino realizando ciertas horas de trabajo solidario en alguna entidad de bien público para que aprendan a convivir con los demás.
Alberto Seoane
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