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 sábado, 01 de noviembre de 2003

Fuerte presencia policial en un dramático desalojo en Capitán Bermúdez
Una familia quedó en la calle por una deuda con la financiera de Larrauri
El afectado habría sido uno de los patrocinantes que apoyaron al concejal rosarino cuando era corredor de autos

Marcelo Abram / La Capital

Capitán Bermúdez. - Personal policial de la Unidad Regional XVII desalojó en la mañana de ayer a una familia de esta ciudad cuya vivienda fue rematada como consecuencia de una deuda contraída con la financiera del concejal justicialista rosarino Oscar Poppy Larrauri.

Desde hora temprana más de cinco vehículos policiales, una ambulancia y una inusitada cantidad de efectivos, pertrechados como para un duro enfrentamiento, se instalaron frente a la casa ubicada en la avenida Pomilio al 200, propiedad de Hugo Novosad -suegro del ex intendente y actual concejal Daniel Cinalli- quien además habría sido uno de los sponsors en la época en que Larrauri desplegaba su talento en las pistas del mundo.

En el lugar también se pudo ver a familiares, amigos sindicalistas y políticos que concurrieron con la intención de acompañar a los afectados sabiendo que el final de esta historia era inevitable.

Desde hace varios días todos conocían que las fuerzas de seguridad tenían la orden de llevar a cabo el desalojo dispuesto por un fallo del Juzgado Civil y Comercial N11 de de Rosario, a cargo de la jueza Delia Giles.


Indignación de vecinos
La presencia del fuerte dispositivo policial indignó a los vecinos a tal punto de que uno de ellos, aprovechando que había varios medios periodísticos, señaló: "Para esto sí está la policía, para estas cosas truculentas. Vinieron aquí como si ésta fuera una familia de delincuentes, en vez de cuidar al resto de la sociedad".

Una vez que la policía abrió la puerta principal comenzó una serie de negociaciones, porque los agentes tenían expresas directivas del juzgado de agotar todas las instancias posibles para evitar un desenlace violento. La familia Novosad solicitó algunos días para abandonar la casa, pero chocaron con la intransigencia de la compradora (otra vecina bermudense) que no accedió a prolongar más los plazos.

Cerca del mediodía se vivió el momento más dramático del procedimiento judicial cuando Nélida Aguliar, esposa de Novosad, se quebró en un fuerte llanto en la puerta de lo que hasta ayer fue su hogar, mientras varios familiares y personal médico intentaban calmarla. "Esto no puede ser, no nos dieron el menor margen para pagar, son unos usureros. Esta casa la compró un ex empleado de mi marido con el que compartimos muchas cosas y ahora no nos quieren dar unos días para que nos vayamos", sostuvo la mujer poco antes de comenzaran a cargar en un flete sus pertenencias.

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La casa de Novosad se remató en 40 mil dólares.

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