Jorge Gáspari: "El Quilmes del 78 era un equipo solidario"

Mario candioti / Ovación

"Me acuerdo de tantas cosas pero de lo que no me voy a olvidar es del abrazo tremendo que me dio el Gordo Argañaraz, un legendario dirigente de Quilmes, quien ni bien terminó el partido con Central me levantó y me quedaron los pies colgados en el aire. Salimos disparados para todos lados, nos queríamos abrazar todos, con José, con la gente, con cualquiera. Era algo histórico... Quilmes campeón, quien lo diría".

A la distancia, y desde su querido Quilmes -aunque el ex volante nació en Mar del Plata- Jorge Gáspari, autor del tanto que le dio la victoria y el único campeonato en la historia del centenario evoca con Ovacion el título conseguido aquel 29 de octubre de 1978 en el Gigante de Arroyito.

-Hace 25 años enfrentaban a Central en la definición del torneo. Hoy vuelven a jugar ubicados en el segundo lugar de la tabla y con ganas de ir por más.

-Ni hablar. Y fijate que el el miércoles se dio un hecho curioso: también los hinchas de Quilmes estaban pendientes de lo que pasaba entre Boca y Newell's, nada más que en el 78 se definía el campeonato. El de aquella época era un equipo al que no todos conocían. Fuimos solidarios y humildes, con un técnico como José Yudica que, para la época, trabajaba de una manera especial. Se juntaron además el hecho de que prácticamente no tuvimos lesionados y de que nunca bajamos los brazos. Estaba Andreuchi, que era el goleador; Milano, Salinas, el Indio Gómez y Filardo, que aportaban la creación; había buena salida con Zárate, los tiros libres de Milozzi, lo que podía aportar uno en el medio, en fin, un equipo sólido pero humilde.

-Hoy todo el mundo habla de este Quilmes sorpresa. ¿Qué méritos le adjudicás?

-Es un equipo que muestra mucha sobriedad, que no tiene nombres rimbombantes pero que se defiende bien y trata de respetar la pelota. Se había planteado un objetivo, que era mantener la categoría, y lo está cumpliendo con creces. Es una gran alegría verlo debajo de Boca en la tabla.

-¿Sos consciente de que entraste en la historia grande del fútbol argentino?

-Todos los muchachos recorrimos ese camino. Ese es un orgullo que no me lo quita nadie. Recuerdo todo de aquel partido contra Central, desde el viernes que llegamos a Rosario hasta la vuelta olímpica. La hinchada de Quilmes se movilizó de manera increíble. Fue un partido emotivo porque Central pasó a ganar. Pero darlo vuelta fue bárbaro.

-Cuenta la leyenda que la salida de Rosario fue inolvidable.

-Sí, fue de no creer. Los hinchas de Central y Newell's, en forma indistinta, se juntaron para formar una especie de cordón humano y nos aplaudían y saludaban cuando salíamos de la ciudad. Es que todos saludaban al equipo chico que había salido campeón y que se había hecho querer.

El ex volante recordó la final contra Central.