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 sábado, 01 de noviembre de 2003

Volvieron los cacerolazos, esta vez contra la delincuencia

Un cacerolazo, acompañado de bocinas y palmas, se sintió anoche en distintos barrios de la Capital Federal, localidades de la provincia de Buenos Aires y hasta en Rosario en reclamo de mayor seguridad y en rechazo a la violencia policial y los casos de secuestros que conmueven a la sociedad.

En Rosario, vecinos de la República de la Sexta, que se congregaron espontáneamente anoche en grupos en distintas esquinas por Alem, desde Pellegrini hasta 27 de Febrero, para hacer escuchar desde los cacerolazos su hartazgo por la escalada delincuencial que ha dejado numerosas víctimas fatales, principalmente por violentos robos a mano armada. La protesta, que se materializó también desde numerosos edificios de departamentos, surgió como espejo de las organizadas en Buenos Aires.

En la Capital Federal, uno de los sitios elegidos para la realización de la protesta, que no estuvo convocada por ninguna organización en particular, fue la residencia de Olivos, donde madres de jóvenes asesinados por la delincuencia y por el "gatillo fácil" marcharon sobre la calle Maipú junto a un nutrido grupo de vecinos.

En la concentración frente a la residencia de Olivos se notó la presencia de las madres de los jóvenes Mariano Wittis, Kevin Sedano, Maximiliano Tasca y Cristian Gómez (masacre de Floresta) y Lucila Yaconis, entre otros, muertos por el accionar de la delincuencia o de la violencia policial.

La protesta comenzó a las 19 con el corte del tránsito en la avenida Maipú, en la localidad de Olivos.


Cadena de correos electrónicos
En las horas previas circuló una cadena de correos electrónicos en solidaridad con los familiares del joven Pablo Belluscio.

Minutos después de las 19, golpes de cacerolas y bocinazos se escucharon en numerosos barrios de la Capital Federal, el conurbano bonaerense y la ciudad de La Plata.

El Obelisco, Flores, Caballito, Balvanera, Almagro, Barrio Norte, Palermo, Belgrano, Saavedra, Liniers, Parque Patricios y Monserrat; las localidades bonaerenses de Lanús, Ramón Mejía, El Palomar y Caseros fueron algunos de los puntos donde se escucharon bocinazos y aplausos.

En Flores la gente se congregó en la esquina de Condarco y Avellaneda y comenzó a aplaudir y golpear distintos objetos, mientras que en Caballito los vecinos se asomaron por los balcones de los edificios, en especial aquellos de mayor categoría.

En el acto en Olivos hablaron las madres de los jóvenes asesinados y se escucharon adhesiones de la CTA, Hijos y Madres de Plaza de Mayo -presentes en el acto-, entre los cuales primó el reclamo de "basta de gatillo fácil", y el recuerdo a los desaparecidos durante la dictadura militar y las víctimas del accionar policial.

"Después del desgarramiento del dolor, lo que se piensa es que a otro no le debe pasar lo mismo. Que no haya más Marianos", dijo la mamá de Mariano Wittis, asesinado por un policía bonaerense luego de que una banda de ladrones lo tomara de rehén.

"Vamos a seguir pidiendo justicia y que pare la ola de inseguridad. Los padres entierran a hijos en la guerra, pero este país no está en guerra", agregó la madre de Lucila Yaconis, la adolescente violada y asesinada en el barrio de Coghlan el 21 de abril último.

Del acto participaron diversos otros grupos musicales invitados, ya que la reunión se realizó bajo el lema "La música nos acompañará, porque ella nos permite elaborar las pérdidas desde un lugar fraterno y positivo, lejos del rencor". (Télam)

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