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 sábado, 01 de noviembre de 2003

"A pesar de todo nunca dejamos de enseñar", dicen los maestros

Cuando los docentes se suman a la charla recuerdan que con la crisis de los últimos años la pelea por mantener el lugar de la enseñanza se hizo más dura. "Es que eso de la calidad educativa ya no resulta creíble, hacemos lo que podemos", dice Fernando, un docente de la Escuela Nº6.379 para quien la prioridad pasó por hacerse cargo de la contención de los alumnos.

Con él coincide Gabriela, otra maestra, que se disculpa por ser tan pesimista, pero no duda en decir que "con el sueldo que recibimos (promedian los 400 pesos), nuestras familias también están golpeadas por la crisis, mucho no se puede hacer". Norita, docente del primer ciclo de la EGB, intenta hacer una síntesis más optimista de la charla: "A pesar de todo nunca dejamos de enseñar, con todas las dificultades que marca la realidad, donde todo es un esfuerzo mayor. Por eso creo que para hablar de recuperar el lugar docente, primero hay que hablar de salarios dignos y de revertir nuestras condiciones de trabajo".

Pero también reconocen que su escuela -sobre todo por la cantidad de alumnos- todavía es una isla respecto de otras realidades educativas, donde la violencia está a la orden del día. Al tiempo que resaltan que aún pueden conservar espacios para debatir proyectos pedagógicos, reconocen que los problemas de aprendizaje de sus alumnos son muchos y diversos. Lo que preocupa más es que la atención básica de ayuda de especialistas que no garantiza el Estado en las escuelas, tampoco la pueden dar los padres.

Otra mirada de lo cotidiano la trae la directora Berta: a pocos días de terminar las clases se dirime qué destino darle a unos pocos fondos reunidos con actividades extraescolares realizadas con la ayuda de la cooperadora. "Estamos viendo si lo conservamos por si hay que colaborar para arreglar la calle o nos alcanza para pagar el micro del viaje de estudios de los chicos a un complejo vacacional de Río Tercero", cuenta con cierta tristeza.

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