| miércoles, 29 de octubre de 2003 | Padrillo sometido a larga cuarentena Alberto Serra Al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se lo identifica -como su nombre lo indica- por su importante labor como órgano responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, controlando además, los distintos tipos de establecimientos vinculados con la alimentación, en especial los frigoríficos. Aunque también la entidad cumple un rol dentro de la actividad hípica, siendo el responsable de la sanidad de los animales.
El ente tiene que llevar a cabo los planes de prevención, control y erradicación de las enfermedades que atacan a los animales, así como también asegurar el cumplimiento de las normas legales vigentes en relación con la materia. Además, debe formular planes de adecuación sanitaria sobre las distintas luchas a nivel comunidad y fiscalizar la limpieza y desinfección de los medios de transporte de los animales e instalaciones destinadas a ese fin.
Otra de las funciones del área es investigar sobre las distintas enfermedades endémicas existentes en el país, o las que aún no aparecen en nuestro suelo (exóticas), en cuyo caso la Dirección debe encargarse de difundir la legislación que regula su control sanitario. Otro ítem que debe fiscalizar es el movimiento de animales, semen y embriones en sus aspectos higiénico-sanitarios, tanto en tránsito como en mercados, lugares de producción y de concentración, otorgando los certificados correspondientes.
Sin embargo hoy, los funcionarios del organismo están preocupados por algunos reglamentos vetustos y piensan en la necesidad de acordar con la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el método a utilizar para controlar con efectividad y agilidad la salud de tropillas, manadas, rebaños, etc., de las distintas razas animales bajo su tutela.
Uno de los detonantes ha sido el caso de un padrillo norteamericano (Basil Hayden) que hace varios meses está retenido en Buenos Aires, siendo sometido a una larga cuarentena, la cual impide su importación, porque algunos integrantes del Senasa sospechan que puede ser portador del llamado virus del Nilo. Los análisis para detectar esta enfermedad no pueden ser realizados en las instituciones oficiales, porque carecen de tecnología y de los reactivos para detectar este tipo de enfermedad. La burocracia ha demorado hasta extremos increíbles la realización de un estudio en el país del norte.
Los propietarios de la cabaña donde prestará servicios este semental han aportado análisis de laboratorios privados norteamericanos, que merecen todas las garantías, pero las reglamentaciones no permiten aparentemente tenerlos en cuenta. Algunos veterinarios del Senasa han manifestado off the record, comprender -por un lado- la injusticia que significa encarcelar a un ejemplar por el que se pagó una suma de seis cifras en dólares, simplemente por una presunción. Y por otro, que los propietarios del padrillo, llegado el caso, podrían iniciar reclamos judiciales por daños y perjuicios que pueden comprometer no solamente al organismo sino también a los profesionales intervinientes.
De allí la idea de modernizar las reglamentaciones vigentes. El prisionero Basil Hayden puede ser, entonces, una suerte de "leading case" en caso de llegar a la Justicia, ya que no hay antecedentes jurisprudenciales de un procedimiento tan prolongado en el turf argentino. ¿Existirá alguna legislación tendiente a que los funcionarios se hagan responsables con sus patrimonios por los errores que cometen? Inmediatamente a la luz de los resultados realizados en EE.UU. por el sistema Elisa, dicho equino ha dado negativo y no constituye riesgo sanitario para los humanos, como tampoco para los equinos o animales de otras especies. enviar nota por e-mail | | |