Paro de médicos por enfermos de sida esposados

La comisión gremial del porteño hospital Muñiz denunció ayer que hay detenidos enfermos de sida que son esposados a sus camas, una situación que atribuyó a la falta de personal para atender a los pacientes en el pabellón penitenciario que está junto al centro asistencial.

La acusación del grupo de profesionales precisó que los detenidos, que llegan derivados de juzgados porteños y bonaerenses, son internados en salas de atención clínica y no en la Unidad Penitenciaria 21, por "falta de insumos y de personal para atenderlos".

El hospital Muñiz depende del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero la unidad penitenciaria funciona en forma independiente y bajo el control del Servicio Penitenciario Federal. En representación de los médicos, José Pérez adelantó que "para que no se sigan violando los derechos de los pacientes enfermos y de los trabajadores" se ha convocado a un paro general para hoy en el hospital, entre las 9 y 12.

Pérez aseguró que hay tres detenidos en las salas 18 y 19 del hospital, con custodia policial y "a veces esposados", lo que significa que "no se respetan los derechos de los pacientes de esas unidades, que tienen que convivir con un policía armado y con chaleco antibalas".

También sostuvo que "es un riesgo potencial para los trabajadores de la salud", en referencia a "los peligros a los que están expuestos" ante una tentativa de fuga de alguno de los detenidos.

Pero la oficina de prensa del Ministerio de Justicia Nacional aseguró que sólo un detenido bajo custodia del Servicio Penitenciario Federal está internado "con una afección pulmonar" en una sala del hospital (no en la Unidad Penitenciaria).

El portavoz dijo que ese detenido jamás fue esposado y explicó que quedó en una sala de atención clínica porque la complejidad de su cuadro no aconsejaba su internación en la unidad penitenciaria. En tanto, una fuente del Ministerio de Justicia bonaerense reveló que otros dos detenidos con sida están en una situación similar, bajo orden de un juez de Lomas de Zamora y del Servicio Penitenciario de Buenos Aires. La fuente reconoció el uso de esposas en este tipo de situaciones pero argumentó que su utilización se da para dar una contención mecánica de seguridad del detenido.


Situación irregular
Por su parte, el sindicalista agregó que esa irregular situación ocurre porque la Unidad Penitenciaria 21 "no funciona al cien por ciento de su capacidad y de las 60 camas que tiene se usan sólo 20".

Al respecto, Alejandro Ciancio, director de Atención Integral de la Salud porteña, reconoció que tuvo información acerca de un caso de un paciente detenido que fue esposado, pero manifestó que "se hizo la queja correspondiente el Servicio Penitenciario Federal".

"Es cierto que la Unidad 21 no está funcionando a pleno -dijo el funcionario-, pero eso no implica que se tomen ese tipo de atribuciones con los pacientes como el de esposar a un detenido, que para ellos son legales".

La Unidad Penitenciaria 21 fue creada un 1991, cuando la entonces directora de Derechos Humanos de la Nación, Alicia Pierini, denunció la existencia de detenidos esposados en el Muñiz.

Pierini manifestó que esposar a un detenido "es violatorio" de sus derechos como enfermo y aseguró que esas condiciones de detención representan un "vejamen y tortura" para el paciente preso. (Télam)