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 sábado, 11 de octubre de 2003

Sydney se vistió de fiesta para la ceremonia inaugural
En el Telstra Stadium se conmemoró el espíritu y la tradición del rugby

La Copa Mundial de rugby 2003 tuvo su noche de apertura en el Telstra Stadium de Sydney que conmemoró el espíritu y la tradición de este deporte.

Luego de la apertura, se pudo disfrutar de la Sinfónica de Sydney, la marcha de las bandas y los fuegos de artificio que se unieron para crear una coreografía majestuosa.

El momento estelar fue cuando el capitán del equipo campeón de la RWC 1999, John Eales corrió hacia el terreno de juego con una pelota de rugby. En ese momento, un grupo de 711 chicos invadió el césped para cercar al héroe. Eales desapareció entre la diminuta multitud y ésta formó la figura de un jugador gigante que convirtió un try.

Uno minutos más tarde, después que tocó la banda de rock George, la ceremonia tomó el típico sentimiento australiano con un tributo a la naturaleza denominado tierra, fuego y agua.

El acto se volcó hacia su momento más simbólico cuando el coro de la Rugby World Cup interpretó la canción "The Will to Climb". El sentimiento internacional de las voces fue acompañado por sonidos de todas partes del mundo y le dieron al evento un verdadero sentido mundial.

La música estuvo inspirada en el joven aventurero australiano Christopher Harris, quién escaló recientemente el monte Kilimanjaro.

La ceremonia de apertura estuvo a cargo del Syd Millar, Presidente de la IRB y la RWC; Peter Crittle, Presidente de la Unión Australiana de Rugby (ARU); y el Primer Ministro de Australia John Howard.

La noche llegó a su clímax con la interpretación de "The World in Union". La soprano australiana Deborah Cheetham y el tenor rosarino José Cura cantaron el tema con la compañía del Coro de la Copa Mundial de Rugby, quiénes capturaron la atención de la audiencia hasta que se dio el puntapié inicial.

La ceremonia de apertura finalizó con la Millennium Marching Band a cargo de los estudiantes de Joseph's College que retiraron del campo a la preciada copa Webb Ellis, la cual volverá a ver un terreno de juego para ser entregada al próximo campeón del mundo.

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Brillo y color al por mayor en el Telstra Stadium.

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