Año CXXXVI
 Nº 49.853
Rosario,
lunes  26 de
mayo de 2003
Min 7º
Máx 16º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





La asunción. Recuerdo para quienes ayudaron tras la crisis de diciembre de 2001
Duhalde reafirmó que "estamos frente a una oportunidad histórica"
El ex presidente se despidió en Olivos, dio gracias en Luján, pasó la banda y viajó a Brasil

"Esta es una oportunidad histórica", confió ayer el ahora ex presidente Eduardo Duhalde en su último acto de gobierno. Antes de traspasar el mando a Néstor Kirchner, el bonaerense encabezó por la mañana las celebraciones del aniversario de la Revolución de Mayo y aprovechó para volver a agradecer a quienes lo ayudaron a encaminar el país tras la gravísima crisis de diciembre de 2001. También expresó su devoción y reconocimiento a la Virgen de Luján.
Duhalde, junto a todos los ministros salientes, funcionarios de distintos sectores y autoridades militares y eclesiásticas participó del solemne Tedéum que, por primera vez en la historia, se celebró en la Basílica de Luján, y no en la Catedral, como se ha hecho tradicionalmente.
El presidente, que en algunos tramos de la ceremonia religiosa se mostró emocionado, escuchó del arzobispo de Mercedes, monseñor Héctor Di Monte, a cargo de la homilía, una exhortación a todos los argentinos a "empujar para adelante" y a "mancomunar esfuerzos para trabajar sin desgarramientos facciosos" (ver aparte).
Duhalde inició el día en la residencia de Olivos con el tradicional chocolate del 25 de Mayo, en su última jornada tras haber cumplido un período de gobierno de un año y medio luego de la gravísima crisis política e institucional que desencadenó en la conclusión anticipada de la gestión del radical Fernando de la Rúa.
Acompañado por su esposa, Hilda Chiche Duhalde; el jefe de gabinete, Alfredo Atanasof, y los ministros de Justicia y Seguridad, Juan José Alvarez, y de Defensa, Horacio Jaunarena, el mandatario saliente expresó su agradecimiento a los jefes de las Fuerzas Armadas que se dieron cita en la residencia presidencial. Estaban los titulares del Ejército, teniente general Ricardo Brinzoni; de la Marina, almirante Joaquín Stella, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Walter Barbero, quienes pasarán a retiro cuando asuma Kirchner. También se encontraban los titulares del Senado y de la Cámara de Diputados, José Luis Gioja y Eduardo Camaño.
El acto comenzó con el izamiento de la bandera nacional y la entonación del Himno en la plaza de armas de la residencia, donde Duhalde y su esposa se mantuvieron todo el tiempo tomados de la mano, tras lo cual se dirigieron al quincho, donde compartieron el tradicional chocolate.
Allí, Duhalde subrayó su "gratitud a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y de seguridad. A todos aquellos que durante este año y medio han acompañado con lealtad a las autoridades". También expresó su reconocimiento a las autoridades legislativas y concluyó su breve mensaje con un "¡Viva la patria!".
Al término de ese acto, el presidente y su comitiva se dirigieron al helipuerto para abordar el aparato que los condujo hasta Luján. Desde allí se trasladaron en una combi hacia el Cabildo del Virrey, donde saludó a las autoridades, encabezadas por el gobernador bonaerense Felipe Solá, tras lo cual cubrieron a pie el trayecto que los separaba de la basílica de Luján.
Medio centenar de micros habían llegado desde distintos puntos del conurbano con manifestantes que se concentraron frente a la iglesia para vivar a Duhalde.
El presidente fue recibido en la entrada de la basílica por monseñor Héctor Di Monte, arzobispo de Mercedes, quien estuvo flanqueado por el obispo auxiliar de Mercedes, Oscar Sarlinga, y el presbítero Jorge Torres Carbonell.
El presidente saliente, vestido de traje azul, con la banda presidencial y el bastón de mando, y su esposa, con traje de chaqueta larga y pantalón verde agua, se ubicaron en los dos sillones principales, frente al altar. También se encontraban todos los ministros salientes, autoridades militares y eclesiásticas, colaboradores, familiares y amigos.
Al promediar la ceremonia, en el momento de dar la paz, y antes de comulgar, Duhalde primero dio un beso a su mujer, luego recibió el saludo del gobernador Solá y a continuación recorrió parte del templo para abrazar y besar a cada uno de sus ministros y colaboradores. Se lo vio emocionado en ese momento, y al parecer se enjugaba alguna lágrima.
El arzobispo Di Monte destacó el deseo de Duhalde de agradecer a la Virgen de Luján por haber logrado pacificar el país luego de la gravísima crisis que desencadenó la renuncia de De la Rúa.
Al concluir el oficio religioso, Duhalde, su esposa y las demás autoridades presentes firmaron el libro de honor y el presidente salió abriéndose paso entre una multitud.
Ya en el exterior de la basílica, cerca de un millar de personas lo vivaron y entre apretones de manos y besos llegó finalmente al lugar donde estaba estacionada la combi, en la que se dirigió al helipuerto para regresar a la casa de gobierno.
Desde allí, pasadas las 11, partió hacia el Congreso para agasajar a las delegaciones extranjeras que llegaron para asistir a la asunción de Néstor Kirchner.
Por la tarde el periplo continuó con la esperada ceremonia del traspaso del mando presidencial y a las 17.30 Duhalde y su esposa sorprendieron cuando se embarcaron en aeroparque en el avión del presidente Lula, de Brasil, adonde se fueron de vacaciones.



Duhalde asistió por la mañana a una misa en Luján.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Muchos elogios y algún escepticismo
Kirchner: "Cambio es el nombre del futuro"
Un accidentado festejo fuera de protocolo
Primer patagónico que llega a la Casa Rosada
Kirchner se comprometió a construir una Argentina unida, seria y más justa
Fidel fue ovacionado de pie en el Congreso de la Nación
El nuevo gobierno salió en defensa del recambio en las Fuerzas Armadas
Los ministros juraron en un clima distendido
Diario La Capital todos los derechos reservados