El equipo que utilizó Héctor Veira mostró algunas diferencias con el de su antecesor Julio Zamora. Y eso se dio en cuanto a nombres, en algunas posiciones, en ideas y en planteamiento. Con respecto a la formación base del Negro, el Bambino realizó cuatro modificaciones. Dos de nombres y dos posicionales. A saber: Vella y Liendo, que retomaron la titularidad, jugaron como lateral derecho y volante por izquierda, respectivamente; mientras que Domínguez pasó a jugar de cinco y Ponzio de ocho. Zamora tenía como premisa primero defender y luego atacar. Esto le fue de utilidad en algunos partidos, pero no tanto en otros. Después, los continuos cambios de nombres y posiciones generaron confusión en el equipo. El Bambino pregona un equipo compacto, con presión en toda la cancha, atacar y retomar sus posiciones rápidamente para impedir dejar espacios sin cubrir. Y la principal idea que transmitió desde su llegada es utilizar a los jugadores en sus posiciones habituales. Pero esto trocó al colocar a Domínguez como volante central, un lugar que no ocupó muchas veces, más allá de que ayer le salió bien, ya que el defensor rindió de buena manera. También movió de lugar a Ponzio, quien estuvo desconocido y su rendimiento fue opaco. Tal vez no se sintió cómodo jugando como volante por derecha teniendo como obligación acompañar en ofensiva.
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