Si los rivales tuvieran mano a mano con nuestro arquero ahí sí que me preocuparía. Pero yo creo que los goles vinieron por una jugada desafortunada y un error. Newell's no mereció perder". Las declaraciones de Veira no sonaron a excusa porque también advirtió que estaba triste por este arranque poco deseado de su ciclo. Y hoy, que las impresiones del técnico empiezan a ir de la mano con la realidad de un equipo que no levanta cabeza, cada palabra merece hurgarse para tratar de encontrar en ellas las razones de los malos resultados y a partir de allí avizorar por dónde pueden pasar los cambios que los rojinegros necesitan, no con urgencia, pero más pronto que tarde. Es cierto que el Bambino tuvo poco tiempo de amoldarse y de transmitir sus ideas, que van desde lo técnico a lo emocional, por lo menos tal como se lo conoce de su paso por otras instituciones. Pero así y todo intentó encontrarle la vuelta al plantel, si no para corregir lo anterior, al menos para amoldarlo a sus expectativas. Así se vio un Newell's más corto, que sólo en el lapso de los primeros 15' funcionó a la medida de lo que pretende el técnico: rápido para atacar como para defenderse, siempre agrupadito, con precisión y tratando de aprovechar lo que a priori se suponía iba a ser el adelantamiento masivo del rival (que en los papeles planteó un partido con tres en el fondo -por momentos dos, San Esteban y Goux-, muchos volantes poco creativos, dos delanteros netos y uno retrasado como Salazar), con el contragolpe, arma preferida si las hay de Veira. Pero después de ese lapso potencialmente promisorio, Newell's quedó tan corto que se agrupó innecesariamente en los últimos 30 metros, lo que facilitó que un rival tan limitado como Gimnasia impresionara dominante y se pusiera en ventaja. El fuelle que pretendía el Bambino contraía pero no alargaba y las dos búsquedas del empate a las que se vio obligado su equipo no hicieron más que desarticularlo, volverlo impreciso y previsible, al punto de ni siquiera terminar de respetar aquella idea original. Es cierto que no hubo mano a mano con Passet, que la desgracia y el error influyeron en el resultado, pero Newell's apareció en el balance final con argumentos demasiado poco consolidados para revertir su suerte. Lógico al fin, aunque el hincha espera que no se haga costumbre. G.C.
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