Eduardo Bustos Montoya tuvo que soportar los silbidos que le propinaron los hinchas leprosos. Su pasado centralista y sus declaraciones previas al encuentro motivaron que el recibimiento sea el esperado por él. O sea con silbidos e insultos. El Tati había dicho que iba a ingresar al campo de juego con una sorpresita. El pelo teñido de azul y amarillo era lo que tenía preparado, pero extrañamente ayer su cabellera lució sin ninguna tintura. ¿Se arrepintió? Todo indicaría que habría recibido algunos consejos para evitar un enfrentamiento mayor con la parcialidad local. No obstante, las palabras del Tati publicadas en la edición de ayer, donde decía "la cancha es una cubetera", no pasaron desapercibidas y el odio hacia el delantero granate no sólo estuvo de parte de los hinchas, sino también de algunos jugadores leprosos. Como el caso del Pájaro Domizi, quien cuando anotó el 1 a 1 intercambió algunos epítetos con Bustos Montoya. Al final del encuentro, el Tati estuvo más cuidadoso a la hora de hablar. Por primera vez le convirtió goles a Newell's, pero esto sólo lo motivó a decir "por suerte esta vez se me dio". Quizás trató de evitar mayores roces con la gente del Parque, por eso ayer sostuvo que "la cancha estaba caliente, je". En tanto, al ser consultado sobre el cuestionado arbitraje, con ironía respondió: "Estuvo bien, ¿por qué me lo preguntás?".
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