Cristián Domizi otra vez, como hace casi una década con esta misma camiseta, se transformó en el muchachito de la película. El Pájaro fue consecuente con sus palabras, y tradujo en hechos el apoyo explícito que había mostrado con Zamora. No sólo por ser protagonista del empate cuando se venía la noche y por ser el generador del penal que Fabián Madorrán compró sin muchos preámbulos, más allá de que después Flores le truncó lo que hubiese sido una tarde de ensueño para él, sino también porque siempre fue el abanderado de la actitud de un equipo que pareció adormecido y que nunca pudo sobreponerse a la presión de ganar para sostener una situación que de por sí aparece casi insostenible. En la semana más complicada para el técnico, Zamora probó con Domizi como delantero para terminar con la sequía de gol que padecía el equipo y el Pájaro le devolvió esa confianza con una actuación acorde a lo esperado. Pero más allá de su satisfacción personal por haber cumplido con el técnico y porque los hinchas le hayan reconocido con aplausos su entrega y sacrificio, el Pájaro se mostraba fastidioso por la situación que le tocó vivir en el Coloso, cuando bajaban los insultos desde las tribunas para López y Zamora le generó mucha tristeza. "Me sentí muy mal cuando sucedió eso", sostuvo el Pájaro con tono angustiante a la salida del vestuario y luego de participar de una conferencia de prensa bochornosa. Mientras trataba de disimular su fastidio porque el equipo no encuentra el rumbo y cada vez descienden más escalones en la tabla de posiciones, el polifuncional jugador opinó: "Me duele mucho lo que sucedió con Eduardo (López), porque él fue quien me trajo al club y yo debo responderle dentro de la cancha. Así como respaldo y me mato por Julio (Zamora), también lo hago por el presidente".
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