No debe haber mayor tesoro para un equipo que torcer el desarrollo de un partido a partir del juego de conjunto y no como producto del destello de alguna individualidad. A Newell's, ayer, lo mejoró su mejor disposición táctica en el complemento que trajo, por decantación, una notable mejoría en el rendimiento grupal y permitió que sus futbolistas se acomodaran de a uno en el lugar que más les conviene. El caso emblemático del partido ante Talleres fue Leonardo Ponzio. El mediocampista central jugó un flojo primer tiempo porque descuidó su deber, que es la marca y la recuperación para convertirse casi por una cuestión temperamental en el conductor de Newell's. Si bien no superó la categoría de distribuidor -no tiene por qué hacerlo, no es su función-, Ponzio malgastó la pelota casi siempre en la primera mitad. Fue el jugador de Newell's que más contacto tuvo con el balón hasta que terminaron los primeros 45'. Muestra inequívoca de que algo andaba mal en el andamiaje leproso. Casi siempre sucede que aparece el conductor y el equipo se compensa. Pero ayer no fue Manso el responsable de la mejoría rojinegra, sino la reubicación del equipo para que Ponzio se refugiara en su posición tradicional, para que el Piojo tuviera un mayor contacto con la pelota y que el resto utilizara las ventajas, devenidas en espacios, que entregó Talleres cuando necesitó ir a buscar el empate tras el segundo de Sacripanti. Por eso creció el trabajo de Domizi y el uruguayo Adinolfi. El sector izquierdo del ataque leproso se transformó en un problema sin solución para los cordobeses, que de a poco fueron entregando el partido a pesar de un peligroso quedo del equipo local que, de todas maneras, contó con el invalorable aporte de la intrascendencia del Leche La Paglia, quien sólo aportó fulbito desde los 18 minutos del complemento hasta el final. A los mejores sólo les faltó marcar, pero fueron los gestores de casi todos los buenos momentos del partido. Otro dato alentador: Newell's supo cómo contrarrestar la superpoblación de mediocampistas cordobeses, algo que le había costado muchísimo ante Huracán.
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