Luis Castro / La Capital
Siete días de angustia controlada. Siete días de sufrimiento. Eso es lo que debieron soportar los hinchas de Newell's cuando escuchaban decir "Central puntero". Por eso el Coloso cobijó a más de 25.000 rojinegros esperanzados con un cambio de ánimo y de mando. Sabían que no era fácil, pero tampoco imposible. Y así quedó demostrado. El equipo de Julio Zamora había avanzado hasta la zona de protagonismo con ciertos altibajos futbolísticos. Porque había sumado un punto en el Monumental y dejado la sensación de que el premio pudo ser mayor. Con Huracán logró un agónico triunfo que dejó más dudas que certezas. Y ante Arsenal no le sobró demasiado. Pero ayer ganó con contundencia y sin sufrimientos, algo a lo que parecía estar acostumbrado a soportar el rojinegro. El resultado más deseado en la semana se le dio a los del Parque. Que Olimpo sorprendiera y bajara a los canallas y que Ñuls se apoderara de los tres puntos ante la T era una ilusión que luego se hizo realidad. La tan mencionada falta de gol que evidenciaba se hizo trizas cuando Rosales, Sacripanti y hasta Carucha Lagorio alcanzaron el grito sagrado. "Primero defender y luego atacar", parece ser la frase de cabecera y respetada por el Parque. Y bajo esta consigna Newell's hizo camino al andar y en voz baja alcanzó el objetivo buscado desde el inicio del torneo. O sea, ser protagonistas y continuar en la pelea por un lugar en la Libertadores. Los canallas vivieron una semana convulsionada con el liderazgo del equipo del Flaco Menotti. Pero ahora, apenas siete días más tarde, la alegría se trasladó al Parque, donde la lepra festeja y disfruta de la punta compartida. Lejos de contagiarse del fervor y del apasionamiento de los hinchas, jugadores y cuerpo técnico conservaron la lógica cautela para estos casos. "Todavía no se ganó nada", repiten una y otra vez. Newell's logró su tercer triunfo consecutivo. Lo hizo por goleada. El equipo está puntero. Y el pueblo leproso está feliz. Para que la ciudad siga respirando fútbol.
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