La enfermedad desencadenada por la bacteria del ántrax es mortal en la mayoría de los casos. La infección es causada por una bacteria denominada bacillus anthracis, usualmente alojada en animales herbívoros, y puede formar unas esporas de extraordinaria resistencia: estas persisten durante muchos años en el suelo o en casi cualquier parte. Las esporas son contagiosas por inhalación. El período de incubación de la enfermedad es de cuatro días. La muerte sobreviene 24 o 36 horas después de comenzar los síntomas graves, que son fiebre, fatiga, molestias en el tórax al principio, tos, graves dificultades respiratorias, sudores, coloración azul de la piel. Aparecen los primeros seis días a partir del contagio. Los tratamientos para prevenir el antrax deben comenzar 18 meses antes de la exposición, aunque tras las tres primeras dosis de vacunas, administradas en más de 4 semanas, hay cierta protección. En el siglo XX se registraron 18 casos en Estados Unidos: el último había sido en 1978.