En el centro, los barrios, los parques y las plazas. El rubro alimenticios en general fue uno de los pocos beneficiados por el paro de ayer. Por la mañana, hicieron la diferencia las panaderías, confiterías y bares de la ciudad, donde podía apreciarse a los parroquianos devorando medialunas, facturas y noticias de los periódicos con idéntica intensidad.
Al mediodía no faltó la rotisería de barrio que "fiel a la clientela" mantuvo las hornallas encendidas y cumplió con su habitual delivery de pastas y comidas caseras.
Por la tarde, y merced al calorcito, las heladerías estuvieron a full. En los parques y plazas no faltaron los pochocleros y vendedores de praliné. "Y bueno, Moyanito se acordó de nosotros y nos mandó un domingo por partida doble", dijo a La Capital Ricardo, un vendedor ubicado en el parque Independencia.
Como si esto fuera poco, los calesiteros también le prendieron una vela al líder de los camioneros. No era para menos, ellos también engrosaron ayer su recaudación en unos pesos.