| | Largaron. Motores "tocados" rugen por la costanera. |
|
Durante 45 minutos, una vez por semana, ellos empapan de adrenalina doscientos metros de asfalto. Plantados en la calzada, contendrán el aliento hasta el momento de la largada y entrarán en trance cuando el semáforo de la costanera y Washington cambie de color y los dos preparados zarpen como bestias para unir poco más de dos cuadras. Se alterarán con el bramido de los motores y entonces, a los codazos y entre insultos, reclamarán que los motores vayan más a fondo. Son casi un millar. Colman las dos orillas del Paseo Ribereño. Están contentos. No reconocen otro deseo más que estar allí. |
| | Barraza aclaró que sus choferes son independientes. |
|
Desembarcó en Rosario en 1956 con una valija como único capital. Chileno, como los buenos yeseros, vino a trabajar a destajo al edificio de Tribunales que en ese entonces se estaba construyendo. Hijo de uno de los fundadores del Partido Comunista de Chile, admirador de Mao, Fidel Castro y Perón, Jorge Barraza es a los 72 años el director de Primera Clase, la agencia de remises que concentra la mayoría de las licencias de la ciudad. Trescientos choferes dependen de la firma pero él dice reconocerse, más que como empresario, como un hombre de izquierda que no se va a jubilar nunca. |