Año CXXXIV
 Nº 49.053
Rosario,
domingo  11 de
marzo de 2001
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El dueño de una empresa de remises con 300 autos
Jorge Barraza: "No soy capitalista, soy un hombre de izquierda que no se va a jubilar nunca"

Daniel Leñini

Desembarcó en Rosario en 1956 con una valija como único capital. Chileno, como los buenos yeseros, vino a trabajar a destajo al edificio de Tribunales que en ese entonces se estaba construyendo. Hijo de uno de los fundadores del Partido Comunista de Chile, admirador de Mao, Fidel Castro y Perón, Jorge Barraza es a los 72 años el director de Primera Clase, la agencia de remises que concentra la mayoría de las licencias de la ciudad. Trescientos choferes dependen de la firma pero él dice reconocerse, más que como empresario, como un hombre de izquierda que no se va a jubilar nunca.
_¿Qué recuerda de aquella época en que arribó a Rosario?
_Que estaba todo por hacer. Yo venía de trabajar en los grandes edificios de Buenos Aires y al llegar acá no veía ninguno; no los había ni en calle San Luis ni en avenida Pellegrini. Rosario era una ciudad chata, extendida, faltaban yeseros, no había mano de obra así que me dije: "En Rosario me quedo a vivir". Después de Tribunales trabajé en la galería San Martín y en los primeros edificios de barrio Martin, que en los 60 era un aguantadero, pura villa.
_Al poco tiempo se metió en la lucha gremial. . .
_Si, eran las primeras luchas obreras de la Intersindical, con dirigentes como Pedernera, Mingone, Alvarez, Nicolini, Daota, Sciara, que iniciaba los paros contra la dictadura de Aramburu y Rojas. Yo era del comité de huelga de la construcción. Después, en la década del 60, la lucha era por la recuperación de la CGT. Rosario era industrial, pujante, con miles de obreros en todos los barrios, en el cinturón de Ovidio Lagos, el Swift con 5.000 empleados, la CAP, Vilber, Fader, Acíndar, Chamet, Ercam, talleres Asti, Cristalerías de Cuyo, San Vicente, las cervecerías Schlaub, Bieckert y Quilmes, Estexa, las fábricas de damajuanas por avenida Godoy, la industria del vestido, las fábricas de muebles, centenares de talleres con 60, 80, 100 empleados, los mataderos particulares, los trabajadores portuarios. Era el proceso industrial que había proyectado Perón y que después desapareció; ahora vivimos en una ciudad de servicios.
_Qué raro escuchar que un hombre de izquierda reivindique a Perón.
_Fue un estadista inigualable. La izquierda de la época no se ubicó, no se colocó junto al obrero, sino que se opuso al líder y esa fue su muerte. Los comunistas argentinos llegaron a oponerse al aguinaldo; increíble. Perón proyectó las bases de un gran país pero la burguesía nacional se dedicó a vivir del Estado y no acompañó el proceso de inversión.
_Volviendo. Su historia personal parece respaldar el cambio del país: usted terminó comandando una agencia de remises.
_Esto ya fue en la década del 90, cuando se implementó el servicio.
_Y cuando tomó forma el Barraza capitalista con 300 choferes. . .
_Falso. No soy capitalista ya que no exploto trabajo asalariado. Cada remisero es un trabajador independiente, dueño de su auto, su licencia, su número de Cuit y con libre elección de la agencia donde trabajar. Nosotros le ofrecemos el servicio, la organización de apoyo con telefonistas y radiooperadores, las acciones de márketing y publicidad; tomamos los viajes y se los damos a ellos; les vendemos el servicio y ellos nos pagan.
_Con tantos choferes pagando 300 o 400 pesos mensuales es un negocio redondo.
_Mire, no se puede andar explicando tanto. Lo único que cabe es preguntarse por qué, si el negocio fuera tan rentable, tantas agencias han fracasado o tuvieron dificultades para crecer. Los gallegos dicen que si un negocio no te da para levantarte a las 12 del día, no es negocio, es un trabajo. El mío sigue siendo un trabajo. Como el cuerpo no me dio para seguir arriba de los andamios me dediqué a otra cosa, pero me parece que era más feliz antes porque terminaba las ocho horas de trabajo y me iba a mi casa o a la vecinal de Empalme. Acá hay que estar las 24 horas; se acaba un problema y nace uno nuevo.
_¿Por qué suele acompañar a funcionarios municipales y trabajar conjuntamente en proyectos como fue el hermanamiento de Rosario con ciudades de China, donde tiene contactos?
_Porque muchos han sido compañeros de lucha en la década del 60. Los dirigentes socialistas de Rosario fueron paridos por la lucha, Zabalza, Cavallero, Marengo, Bebán, Binner, Bonfatti; no son gorilas como otros que hay en el país. Tienen llegada a los pobres y por eso ganan en la capital del peronismo. En la debacle del onganiato, cuando se lo empezaba a jaquear desde Rosario, todos estos entonces muchachos participaban junto a Quagliaro, Solomonoff, Esquerro, Jaimovich. Recuerdo aquella noche cuando se tomaron de rehenes a los decanos en el paraninfo de la Facultad de Medicina. Cavallero era un agitador terrible.
_Además de China visita Cuba frecuentemente.
_Si, es que tengo real admiración por Fidel y su pueblo. En el 61 estuve alfabetizando en Cuba, desde la semana siguiente a Bahía Cochinos. Y me parece una barbaridad que en momentos en que hasta Rockefeller visita Cuba, nuestro país la censure. Estamos a la derecha de Rockefeller. En Argentina es necesaria la renovación total de la dirigencia y un rediseño de las prioridades. Mire: ¿cuánto dicen ahora que es el costo de la política, la suma de los presupuestos de los concejos, legislaturas provinciales y nacionales.
_Está estimado en 20.000 millones.
_Pues bien, multiplíquelo por diez años: 200 mil millones. La deuda nacional. Eso demuestra claramente dónde hay que meter mano en vez de subirle los impuestos a la gente. Pero de los actuales protagonistas no va a venir el cambio, ya que todos tienen un conchabo, algún familiar designado, un kiosco con el Estado. A nivel local, si el nuevo hospital de emergencias, cuya apertura significará un gran avance, tiene presupuestados este año cuatro millones, no me parece bien que el Concejo siga gastando 14 como en cada uno de los últimos cinco años. ¿Y la Caja de Jubilaciones de la provincia, que se fagocita 140 millones y jubila a los policías a los 50 años cuando todavía son boy scouts? Por todo esto se debe seguir luchando, y yo no me voy a jubilar nunca.



Barraza aclaró que sus choferes son independientes.
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