El juvenil volante ofensivo Matías Sebastián Arce inscribió ayer sus nombres y apellido en la historia de este nuevo Boca Juniors tricampeón del año 2000, al convertir ante Estudiantes uno de los goles clave del torneo Apertura.
Luego de ingresar en el comienzo del segundo tiempo por Gustavo Barros Schelotto, el santafesino Arce -de apenas 20 años- marcó el gol del triunfo xeneize a los 19 minutos -aunque con mucha colaboración de parte del arquero Tauber- y debió abandonar el campo de juego a los 29, afectado por una lesión en la rodilla derecha.
Oriundo de la localidad Estación Clucellas, Santa Fe, nació el 31 de enero de 1980, es diestro y se ha desempeñado con eficacia como carrilero por cualquiera de los dos costados de la cancha o enganche, con marcada tendencia ofensiva.
Hasta ahora ha tenido pocas oportunidades de jugar en primera, pero no desaprovechó ninguna. Surgido en las divisiones juveniles del club, después de haber abandonado ayer por la tarde definitivamente el anonimato a partir de su gol, es más que factible que el entrenador Carlos Bianchi le otorgue mayores chances en los próximos campeonatos.
Convirtió su primer gol en primera frente a Rosario Central en el torneo Clausura anterior, cuando Boca le ganó con mayoría de suplentes 2 a 0 al equipo del Patón Bauza. Su identidad también ha tenido roce internacional al señalarle otro al Corinthians, en San Pablo, Brasil, por la Copa Mercosur.
Quienes lo conocen por haber seguido su desempeño en el semillero auriazul aseguran que sabe definir ante los arqueros e, incluso, destacan su precisa pegada por haber marcado varios tantos de tiro libre.
De buen timming por su constante ida y vuelta entre las dos áreas, le auguran un próspero porvenir como futbolista profesional a este chico de apenas 20 años pero que ayer se ganó un lugar en la historia grande de Boca y en el corazón de todos sus hinchas.