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 viernes, 30 de noviembre de 2007  
Pericias a la acusada de un crimen

Buenos Aires.— La joven detenida por el asesinato de la odontóloga Mariela Frydman en el barrio porteño de Núñez fue sometida ayer a una extracción de sangre y cabellos para hacer una prueba de ADN y cotejarla con las pruebas halladas en la escena del crimen.

   Se trata de María José Muñoz, de 27 años e hija del portero del edificio donde ocurrió el hecho. Fuentes judiciales aseguraron que a pedido del fiscal José María Campagnoli, a la chica se le tomaron muestras de sangre y cabellos para cotejar con restos de piel encontrados bajo las uñas de la víctima y mechones de pelo que tenía en las manos.

   Estos signos indican que Frydman, antes de morir, alcanzó a defenderse de su agresor o agresora, pero hay un dato que, en principio, beneficia a la detenida y es que tiene el cabello “muy cortito, casi rapado”.

   Cuando Muñoz fue apresada, los investigadores sospecharon que se había cortado el pelo tras el crimen, pero varios testigos confirmaron que usa ese “look” desde hace mucho tiempo porque practica boxeo.



A favor. Por otra parte, familiares de Muñoz presentaron ante la jueza de Instrucción María Gabriela Lanz a tres testigos que afirman que al momento del crimen la chica estaba trabajando en una fábrica de aberturas que pertenece a su cuñado, en General Pacheco.

   Tres compañeros de trabajo de la joven declararon que el lunes ella estuvo allí entre las 7 y las 18.30, mientras que (según se determinó tras la autopsia) la odontóloga fue asesinada alrededor de las 16 de ese día.

   Frydman fue encontrada asesinada el lunes en el departamento del 9º piso A del edificio de Quesada 2248, en Núñez, y su cuerpo estaba en la bañera, con varias cuchilladas, golpes y atado en sus muñecas y en sus tobillos. El living estaba todo revuelto, pero en principio descartaron que el episodio estuviera vinculado a un robo ya que no se notaron faltantes. l (Télam)
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