Un lugar sin ley

Hace tres años, mi esposa y yo decidimos, por razones de salud de nuestros hijos y también por gusto personal, radicarnos en Funes y poder disfrutar así de la naturaleza y la paz que esta hermosa ciudad nos brinda. A la hora de hacer esta evaluación muchos factores intervinieron en la misma. De más está decir que la mayoría fueron pros y pocos contra pero siempre hubo una razón en contra muy importante que nos preocupó desde aquel primer momento: la Ruta 9, ese camino que recorre transversalmente nuestra ciudad y que pareciera ser un lugar sin ley. Lugar que a medida que pasan los meses y más gente decide radicarse aquí (especialmente en verano) se vuelve intransitable por la cantidad de vehículos que circulan por el. La velocidad máxima de un vehículo en esta ruta es aquella que determina su conductor, ya que no existe ningún tipo de control (control real, no inspectores de tránsito en motos para hacer señas o advertir) a los que circulan por aquí. Las franjas y carteles de advertencia son solo simples elementos decorativos del camino y nada ni nadie exige el cumplimiento de lo que indican. Esto siempre nos preocupó, pero como sucede con casi todas las desgracias, uno siempre piensa: "A mí no me va a pasar", hasta que nos sucedió. El lunes posterior al Día de la Madre mi esposa tuvo un grave accidente automovilístico frente a la garita Nº 11. Gracias a Dios estaba sola, sin nuestros hijos, y a pesar de que estuvo internada, hoy está en casa con nosotros. Aquellos que hayan visto el estado en que quedaron los autos sabrán que el solo hecho de que los accidentados estén vivos no es otra cosa más un milagro. No voy a exponer aquí acerca de quién tiene culpa o no en este accidente ya que existe un sumario que la Justicia deberá resolver y no es el motivo de esta carta, pero sí estoy seguro de que si nuestro gobierno municipal ejerciera el control correspondiente sobre esta ruta, este accidente no hubiera ocurrido. Y no me digan que es una cuestión de jurisdicción, que la ruta 9 es nacional y no corresponde a la municipalidad de Funes; la jurisdicción me importa un comino cuando la seguridad de los que amo está en peligro. Es sólo otra excusa para no protegernos a nosotros, los ciudadanos que pagamos los impuestos de esta ciudad, o al menos así lo dice el impuesto que todos los meses pago religiosamente, más allá de que no veo la contraprestación completa de este pago.

Ricardo L. Belmonte,

DNI 21.885.594