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 domingo, 23 de septiembre de 2007  
El charrúa, una sombra

Elbio Evangeliste / La Capital

La flaqueza futbolística que viene mostrando Central Córdoba sumó un nuevo capítulo. Es más, lo de ayer ante Comunicaciones fue tan pobre que la solvencia que el charrúa había exhibido de visitante (dos triunfos, un empate y sin goles en contra) ni siquiera pudo asomar la cabeza. La ausencia de Pablo Bezombe (contractura en el aductor) es un atenuante entendible, pero jamás podrá ser expuesto como el justificativo de la derrota. Es más, el 2 a 0 terminó siendo un buen resultado. Pero no porque Comu haya sido una aplanadora, sino por la apatía generalizada de un Córdoba que nunca se sintió cómodo con el partido.

   Hay ocasiones en las que un puñado de palabras alcanzan para graficar muchas cosas. Que el charrúa haya pateado sólo dos veces al arco (Pierani y Liendo, ambos en el primer tiempo y a las manos de arquero) en todo el partido alcanza y sobra. Así de clarito. Así de simple. Así de contundente.

   La prioridad de apostar por el orden de mitad de cancha hacia atrás (4-4-1-1) pudo haber dado sus frutos, pero ni bien la cosa se complicó, el libreto quedó hecho añicos. Es que el penal que Santilli le cometió a Vildozo a los 8’ y que Gianfelice cambió por gol segundos más tarde modificó el horizonte del equipo de Tablada.

   Salir a buscar el partido era una de las bolillas de examen, pero hacerlo de manera ordenada, manejando la pelota con criterio, articulando pausa y vértigo fueron puntos que obviamente no estuvieron del todo estudiados.

   Y se pagó demasiado caro, aunque a la vez barato. Porque Comunicaciones cerró el trámite sin mayores inconvenientes, pero desperdiciando unas cuantas chances que pudieron hacer que la derrota fuera más abultada y dolorosa.

   Es más, la sutileza de Ricardo Pérez (la gran figura de la tarde) llegó varios minutos después de que el Bocha Forgués pusiera en cancha a tres delanteros, pero sin nadie que los asista (Pierani tuvo que disfrazarse de enganche para abastecer a Montedoro y Javier López), toda una muestra del desconcierto que dominaba al equipo charrúa.

   Al menos, con las revoluciones a mil, Córdoba no sufrió ninguna expulsión que le merme el equipo para el compromiso del martes en el Gabino Sosa. Es triste decirlo, pero es lo único positivo que se puede rescatar de un equipo que llevó su sombra a Agronomía. l
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