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miércoles,
22 de
agosto de
2007 |
La iglesia quedó lejos de la plaza
La iglesia de Santa Teresa tiene su ubicación muy particular, lo mismo que su arquitectura y designación. El estranciero José Carreras, cuando vendió las tierras a la compañía inglesa para construir el pueblo y el ferrocarril, puso como condición que el pueblo llevara ese nombre en homenaje a su esposa, Teresa Luján, y que estuviera fuera del plano oficial que la situaba frente a la plaza pública.
Según relata la historia lugareña fue construida integramente en 1900 con fondos propios en un predio de su propiedad, teniendo en el interior su tumba y la de su esposa. La actitud hizo que el Arzobispado de Santa Fe se negara a enviarle un sacerdote hasta que hiciera la donación del predio.
El clero santafesino cambió de postura en septiembre de 1908, cuando se hizo cargo oficialmente Francisco Asís Verdaguer como el primer sacedote, pero se dice que los primeros ocho años estuvo en manos del misionero Joaquín Izaguirre.
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