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 sábado, 16 de junio de 2007  
"No queremos cambiar el mundo sino hacer más llevadera la vida de la gente"

Rodolfo Bella / La Capital

Miranda! lanzó su tercer álbum, “El disco de tu corazón”, con nuevas canciones y una imagen renovada. Pero, según confesó su líder Alejandro Sergi, es el primero que graban “con una producción de primer nivel”, en referencia a la participación del premiado Cachorro López. El cantante de la banda también reivindicó el estilo de un grupo que definió como “entretenedor. No estamos acá para cambiar el mundo, sino para hacerle la vida más llevadera a la gente”.

   —¿Tuvieron alguna sugerencia de parte de Cachorro López con respecto al trabajo?

   —Todo iba fluyendo, pero consejos no. Obviamente daba su punto de vista, pero en el estudio éramos absolutamente democráticos y valía el punto de vista de todos, incluidos los técnicos. Entre todos se elegía la mejor idea. Sabemos con quién estamos tratando y si Cachorro dice algo lo escuchamos. Pero llevamos las canciones al estudio bastante resueltas. No hubo modificaciones muy drásticas; sí hubo una manera de orientar el trabajo.

   —¿A qué atribuís que Miranda! sea aceptada en mercados diversos?

   —La difusión se la atribuyo más que nada a las compañías. En eso no tengo nada que ver, pero la llegada a distintos públicos debe ser porque es una música que tiene influencias internacionales. Es tecno pop, electro pop; cantamos en español, pero es una música que hicieron popular grupos que cantaban en inglés. Tal vez el antecedente directo más cercano a Miranda! lo podríamos buscar en España, con grupos como Fangoria, Mecano, La Buena Vida. Por ahí podemos tener algún punto en común, pero no es una cosa solamente para la Argentina.

   —¿Cómo eligen las letras?

   —Hablamos de amor, que es un sentimiento que se vive en todo el mundo y tocamos ritmos bailables y baladas. No me parece que sea un grupo localista. No hablamos de cosas puntuales de acá. Hay otros grupos que tienen otro discurso y no me parece mal. Hay grupos que sí hablan de cosas que tienen que ver con este país o con algún barrio, o con algunas calles. Nosotros no tenemos referencias de la Argentina, no porque no nos guste. De hecho vivimos acá y no nos pensamos ir, pero la verdad es que pretendemos que nuestra música sea extraterrestre. Ni siquiera internacional, sino mucho más allá del mundo.

   —Es una ambición bastante importante...

   —La realidad es que no nos vamos a sentir frustrados si no conseguimos tocar en la Luna, ponele, (risas). Pero la pura verdad es que en el momento de grabar somos requeterrecontra ambiciosos. No significa que eso funcione, pero nos parece que lo bueno es buscar el ideal que uno quiere y después quedará lo que quedará.

   —En un país como Argentina, con amplios sectores de la población desocupada o en la pobreza, ¿cómo tomás las críticas que apuntan justamente a que ustedes hablan del amor y la alegría?

   —Realmente le diría a quien sea que me diga eso que se tranquilice un poco, que no solamente este país se está cayendo a pedazos, sino que eso está pasando en todo el mundo, en toda la sociedad, y nos tenemos que dar cuenta de que esta vida que llevamos es absolutamente ridícula. Entonces yo no me la pienso tomar en serio y mucho menos desde mi lugar. Digamos que nosotros no estamos acá para cambiar el mundo sino para hacerle la vida más llevadera a la gente. Inclusive nuestra propia vida. Siempre tratamos de romper barreras.

   —¿De dónde proviene la metamorfosis de Miranda!, que puede compartir espacios con grupos ubicados, a primera vista, en veredas opuestas?

   —Lo que pasa es que no es una metamorfosis. Nosotros nos juntamos con Arbol, con Catupecu, con DDT, Pimpinela, vamos a lo de Susana Giménez, tocamos con las Abuelas de Plaza de Mayo. No somos prejuiciosos. Creo que todo el mundo entiende que el que toca música tuvo la misma inquietud. Vio a alguien o escuchó una canción y dijo que quería cantar. Eso me pasó a mi, le debe haber pasado a Pappo y a Beethoven. Me parece que cada uno puede desarrollarse como más le guste.


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