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 domingo, 29 de abril de 2007  
Opinión: Messi, no le hagas caso a Cruyff

Cuando los protagonistas ya retirados del mundo futbolístico perciben que nadie de los medios repara en ellos apelan a declaraciones controvertidas, que muchas veces más que risa dan lástima. Pelé lo hizo muchas veces criticando a dirigentes de la Confederación Brasileña, a Tevez cuando salió elegido el mejor jugador del torneo 2005 en Brasil, a Maradona cuando fue elegido el mejor jugador de todos los tiempos, etc. Distéfano, Sívori y Platini siguieron el mismo camino en su momento con declaraciones similares y no muy coherentes. Pero el ejemplo más reciente de esto le corresponde a Johan Cruyff, al ex astro holandés y técnico de Barcelona, se le salió la cadena. Da la impresión que le agarró el síndrome de los que pasan de moda y "ya pocos se acuerdan de vos", porque de otra manera no se entiende como un jugador fuera de serie puede analizar el presente y el futuro de Messi de la manera que lo hizo.

Cruyff declaró públicamente que Messi carece de formación, que peca de individualista y que le falta crecer como jugador de equipo. Que lo diga Carlos Griguol que siempre escogió el funcionamiento grupal sobre las individualidades; que lo diga Pekerman, que también privilegia el mecanismo grupal, vaya y pase. Pero que lo diga Cruyff, un jugador que se salía del libreto de la naranja mecánica que era Holanda del 74, para convertir por sorpresa individual, realmente no se entiende.

Pelé, Maradona, Distéfano, Sívori y el mismo Cruyff fueron en la cancha lo que fueron porque eran diferentes, insolentes y para nada disciplinados. Y por ser así, y sin pensarlo mucho, rompían cualquier esquema ortodoxo defensivo que se les oponía.

Tevez, Ronaldinho y Kaká, posiblemente tampoco sean jugadores de equipo, según Cruyff, pero, por Dios, que presente y futuro que tienen. Messi no le des bola a Cruyff, seguí en la tuya. Cuando recibas la pelota, mándate, entra al área y desparrama a la defensa, no te olvides que cuando se terminan los espacios y las marcas lastiman, solo con el talento se puede desequilibrar. Y si no es así, habría que preguntarle a los genios del pizarrón:

¿de que manera se entra al área cuando se forman las parejas de delanteros y defensas? No importa si hagas el gol o no, pero es el fútbol que quiere la gente. Las individualidades son la

esencia del espectáculo, en cualquier deporte. Argentina y Brasil son los ejemplos del fútbol. Si el fútbol es

practicado por 22 jugadores sólo ordenaditos y si entre ellos no hay un par de chicos distintos y hasta morfones, mejor buscar otro deporte, porque el día que no estén los atorrantes el fútbol será muy aburrido. l
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