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 miércoles, 18 de abril de 2007  
Nueva alarma en universidad Virginia Tech

Blacksburg- Estudiantes de la universidad Virginia Tech, todavía con los nervios a flor de piel tras el tiroteo más letal en la historia de Estados Unidos, tuvieron el miércoles en la mañana otro susto cuando la policía irrumpió en un sitio donde se hallan las oficinas del rector.

Pero la amenaza de actividad sospechosa demostró ser infundada, dijo Corinne Geller, vocera de la policía del estado de Virginia, y el edificio fue reabierto. Sin embargo, los estudiantes continuaron nerviosos luego de los sangrientos sucesos en que un estudiante de 23 años de edad asesinó a 32 personas en dos edificios y luego se suicidó.

Los policías “gritaban, 'Apártense de las aceras”', dijo Terryn Wingler-Petty, un estudiante. “Parecían muy desconcertados acerca de lo que estaba ocurriendo”.

El estudiante al que se le atribuye la masacre, el surcoreano Cho Seung-Hui, habría dejado una amenaza de colocación de bomba. Las autoridades investigan si tuvo algún vínculo con previas amenazas de atentados con explosivos en el campo universitario.

Compañeros de cuarto y profesores de Cho dijeron el miércoles que el atacante era un ser muy tranquilo y perturbado. Muy raramente hablaba con sus compañeros de estudio, o hacía contacto visual con ellos. Y su rara conducta se hizo cada vez más impredecible en semanas recientes, dijeron sus compañeros de dormitorio Joseph Aust y Karan Grewal.

Otros estudiantes dijeron que Cho era una persona hosca que dejó un texto perturbador contra las mujeres y los muchachos ricos. Según informes de prensa, Cho había estado tomando antidepresivos y se había vuelto violento e inestable.

Siendo niño, Cho llegó a Estados Unidos en 1992 procedente de Corea del Sur y creció en los suburbios de la ciudad de Washington, dijeron las autoridades. Vivía en un sector de la universidad en una residencia de estudiantes diferente adonde comenzó el lunes la matanza.

La policía y las autoridades universitarias no ofrecieron datos que puedan explicar qué causó su estallido de violencia.

“El era un solitario, y estamos teniendo dificultades para encontrar información sobre él”, dijo Larry Hincker, vocero de la universidad.

La profesora Carolyn Rude, directora del departamento de Literatura Inglesa de la universidad, dijo que no conocía personalmente al atacante. Pero señaló que había hablado con Lucinda Roy, directora de creación literaria del departamento, quien tuvo a Cho en una de sus clases y lo describió como un ser “perturbado”.

Rude indicó que Cho fue derivado a un terapeuta de la institución, pero ignoraba cuándo, o cuál fue el resultado. Rude se negó a mostrar los escritos de Cho, o sus calificaciones, señalando que hay leyes que protegen la privacidad.

El periódico The Chicago Tribune dijo en su sitio de internet que Cho dejó en el cuarto de su residencia una nota con una extensa divagación con sus quejas. El diario dijo, citando fuentes no identificadas, que en fecha reciente el estudiante mostró señales de perturbación mental, como causar un fuego en la residencia y acechar a algunas mujeres. (DPA)
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