Fantino, satisfecho con su nuevo magazine "Noche de ronda"

"En televisión se confunde velocidad con diversión"

Rodolfo Bella / Escenario

Alejandro Fantino se define como conductor. Por eso se siente satisfecho con su nuevo programa, "Noche de ronda", que se emite los sábados, de 22 a 24, por América. Comparte el espacio con Teté Coustarot, con quien está muy a gusto. Aunque empezó su carrera en el periodismo, está convencido de que su horizonte es amplio. "No tenés que morir donde arrancaste, podés abrirte y crecer", comenta a Escenario este joven, nacido en la ciudad santafesina de San Vicente.

-¿Cuál fue el plan de "Noche de ronda"?

-Básicamente noté que el mundo de la televisión entró en una etapa de velocidad semejante a la que tiene el mundo. La televisión no escapó a eso y perdió los tiempos de pensar, de conversar, de investigar, de preguntar. Con Teté intentamos volver a un formato más clásico.

-¿A qué público apuntás?

-A la persona que no tiene ganas de salir un sábado a la noche. Puede tener 18 ó 78 años.

-¿Ese rango de edades recibe de la misma forma el ritmo pausado que proponés?

-Está mal entendida la pausa como aburrimiento y está mal entendido que la velocidad sea divertida. La pausa permite repreguntar. En la velocidad predomina la imagen y en la pausa debería predominar la reflexión.

-¿Vas contra la corriente?

-El mundo va rápido, el minuto a minuto es una herramienta que aceleró todo y, en el medio de todo eso, yo no estoy luchando contra nada, estoy tratando de generar mi propio espacio.

-¿Mirás televisión o con tanto trabajo no te queda tiempo?

-Sí, veo. No es que sea un adicto, pero me parece que en la Argentina la televisión tiene productos para todos. No creo que sea mala ni de baja calidad. Todo depende, claro, de lo que quieras ver.

-¿La competencia por el rating atenta contra la calidad del producto?

-Es un número, es matemático. Si el minuto a minuto lo lees con cuidado y sabiendo lo que estás haciendo es un arma absolutamente útil. Pero si lo lees mal, te puede destrozar un programa.

-¿Te afecta?

-Pienso que es como los goles. Todos juegan para convertir goles. Ahora, es según dónde jugás y según los jugadores que tenés. Si el Barcelona no sale campeón de la Champion es un fracaso; si el Betis de Sevilla juega la Champion, no sale campeón y se mete entre los ocho primeros, es un triunfo. El rating es lo mismo. Hay programas que si no miden más de 20 puntos son un fracaso y hay otros que, estando donde estamos y haciendo un número acorde a lo que queremos, está bien. Quiero decir: lo tengo en cuenta, pero no voy al psicólogo por el rating.

-¿Cómo compaginás tu actividad de cronista deportivo con la diversidad de un programa que tiene cocina, moda, arte?

-Yo soy conductor; conduje un programa de deportes y también conduzco uno de interés general. Lo que pasa es que el famoso "este pibe empezó en tal cosa y no puede moverse de allí..." Yo soy relator de fútbol, conductor, ante todo, y creo poder conducir programas que hablen de otras cosas. Walt Whitman dijo: "Perdón que me contradiga, contengo multitudes". No tenés que morir donde arrancaste, podés abrirte y podés crecer.

-¿Fue una necesidad o se dieron las oportunidades?

-Es un poco de todo. Hay necesidades intelectuales y mi curiosidad me lleva a investigar en otros ámbitos. Me sigue pareciendo tremendamente excitante preguntarle a "Mostaza" Merlo por qué echó a Maciel de Racing, pero también me gusta hablar con el sociólogo Roberto Arús sobre por qué hay exiliados climáticos o hablar con la rectora de la Universidad Nacional de Córdoba en el Día Internacional de la Mujer.

-¿En qué medio te sentís más cómodo?

-Me gustan los lugares donde no hay histeria, donde no hay locura, y donde al menos intenta prevalecer un poco la inteligencia de contenidos.

"No tenés que morir donde arrancaste".