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 martes, 20 de febrero de 2007  
Diego Calgaro controló con suficiencia al repatriado Juan Román Riquelme en el empate ante Boca
Diego Calgaro: un guardián bien canalla

Un guardián sereno y aplicado. Implacable. Así se mostró Diego Calgaro en el empate frente a Boca. El mediocampista canalla anuló por completo a Juan Román Riquelme, lo encarceló y transformó el ansiado regreso del ex Villarreal a su terruño en un tibio acercamiento tribunero, eclipsado en la cancha por la contundencia de su notable tarea de marcación. El gran rendimiento del volante misionero lo elevó a la categoría de figura de Central en el valioso punto rescatado en la mítica Bombonera.

La puesta en escena de Calgaro fue sobria. No sufrió sobresaltos y no regaló fisuras. Sabía que no había espacio para las licencias ante un rival de los kilates de Riquelme y con enorme aplomo cambió un papel de reparto por uno con cartel propio. "Estoy muy tranquilo, sé que hice las cosas bien y eso me pone muy contento", confesó Diego.

El volante compartió con Ovacion su día después. "En Rosario sólo puedo compartir esta alegría con mi novia Paula porque mi familia está lejos. Estoy muy feliz con lo que hice", señaló el jugador auriazul.

-¿Qué fue precisamente lo que te pidió el técnico?

-Para este partido armamos un esquema bastante distinto, con cinco volantes. Yo tenía que ser el más retrasado y debía marcar a Riquelme en mi zona. La clave era que no me gane la espalda y por suerte lo conseguí.

-¿Qué te pasó por la cabeza cuando supiste que ibas a marcar a Riquelme?

-Sólo pensaba en estar cerca de él para anticiparlo y no dejarlo darse vuelta porque maneja muy bien la pelota.

-¿Cuándo te diste cuenta de que lo tenías controlado?

-Después del partido. Estaba tan concentrado que no me fijé en eso. Pero hubo un momento en el segundo tiempo en que peleó una pelota con Angelito (Di María) y yo se la robé por detrás. Ahí sentí que estaba haciendo las cosas bien.

-¿Cómo es Riquelme como rival?

-No dice nada. Sólo unas pocas veces lo vi hablar con Battaglia. Le pegué un par de patadas para quitarle la pelota y no me reprochó nada. Es un caballero. Lo encimé, lo apreté, lo empujé y nunca me dijo nada.

-¿Sentís que merecieron más?

-Después de los 20 primeros minutos nos dimos cuenta de que presionábamos y ganábamos todos los rebotes. Ellos estaban un poco cansados de piernas porque venían de jugar en la altura y se notó. A medida que pasaba el tiempo sentimos que manejábamos el trámite y que estábamos para más. Nos faltó muy poco.
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Calgaro posa para la producción de Ovacion. El volante dijo estar muy tranquilo y “muy feliz con lo que hice” el domingo ante Boca.

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