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 martes, 20 de febrero de 2007  
Otra obra causa graves daños a un restaurante
Mientras dos mujeres almorzaban se abrió un boquete en la pared, justo a la altura de su mesa

El boom de la construcción volvió a mostrar su cara más antipática. El titular de un restaurante de Pellegrini 1824 salió a denunciar públicamente ayer los padecimientos que le trae una obra lindera con la que convive desde mayo pasado. La gota que colmó el vaso fue la aparición de un cortafierros por un boquete abierto en una de las paredes interiores de su local, justo sobre la mesa en la que almorzaban dos mujeres. Además, las paredes exhiben grietas y la caída de una viga sobre los techos produjo roturas en la membrana.

  Con todos estos daños fotográficamente registrados, el dueño de Nibelungos, Juan Manuel Demirdjian, ya dirigió una carta documento a la empresa que desarrolla el edificio de 10 pisos levantado en Pellegrini 1826. Y esta semana denunciará el caso también a la Dirección de Obras Particulares del municipio.

  Sin embargo, más que los destrozos del local, al comerciante le preocupan las pérdidas económicas ocasionadas por el incesante ruido que proviene de la obra lindera “que hace temblar hasta las paredes”, aseguró. Y con tanto bochinche, no es descabellado pensar que la clientela descienda. “Muchos llegan hasta las mesas, se levantan y se van”, contó y calculó que el número de comensales disminuyó a la mitad.


Desprevenidas
Según advirtió Demirdjian, los problemas ocasionados por la construcción son enormes. “Hace unos días había dos mujeres almorzando mientras en la obra los albañiles picaban una pared. Y, de repente, se abrió un boquete de unos 8 centímetros y apareció la punta del cortafierros justo a la altura de la mesa”, recordó el dueño del restaurante.

“Cualquiera sabe que toda obra en construcción genera trastornos, pero esto es demasiado. El restaurante es una pequeña empresa de la que viven 17 personas, pagamos sueldos, impuestos y 5 mil pesos de alquiler. Y no puede ser que los intereses de una constructora arruinen mi negocio”, se quejó el comerciante.
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