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 domingo, 07 de enero de 2007  
La intérprete protagoniza “Doña Flor y sus dos maridos” en Mar del Plata
Mónica Ayos: “Para una actriz un desnudo pasa a ser anecdótico cuando hay una gran historia”
La actriz dijo que aporta una mirada personal al clásico de Jorge Amado

Rodolfo Bella / Escenario

Mónica Ayos no para. La Turca de “Sos mi vida” vivió las últimas semanas de diciembre entre Buenos Aires, para grabar los capítulos finales de una de las tiras más exitosas de la temporada, y Mar del Plata, donde protagoniza en teatro el clásico “Doña Flor y sus dos maridos”, bajo la dirección de José María Paolantonio. Mientras espera el estreno de la película “3 de corazones”, el filme que dirigió Sergio Renán y en el cual comparte cartel con China Zorrilla, Ayos acomoda sus fichas para además estar con su familia y su marido Diego Olivera, que encabeza la versión azteca de “Montecristo”, a quien fue a visitar. Mujer incansable, se hizo tiempo para realizar una producción fotográfica para la edición mexicana de la revista Play Boy. Durante una pausa de la grabación de la tira de Canal 13, la actriz contó a Escenario que aunque prefiere concentrar su carrera en la actuación “bajar la ansiedad y elegir mejor los laburos”, reivindica la posibilidad de mostrar su sensualidad y su cuerpo en la obra de Jorge Amado donde interpreta a un personaje que le permite lucirse como actriz sin renunciar a la sensualidad de mostrar el cuerpo.

  —Sonia Braga quedó identificada como Doña Flor durante años ¿te preocupan las comparaciones o que te pase lo mismo a vos?

  —No... Creo que nada es comparable. Cada actriz tiene su estilo. Lo que quisimos respetar es el pelo moreno y el look bahiano que quiso reflejar Amado en su libro, pero las comparaciones siempre están de más cuando las actrices ponen lo suyo y tratan de que cada elaboración del personaje esté con el sello propio, más allá de que su trabajo me parece excelente. Me gustan las actrices que no empalagan y no caen en lugares comunes y ella ha sido muy económica con su doña Flor. Y eso me gusta. Me gustan las actrices económicas y no que empalaguen. Así que de algún modo sí fue mi referente, pero por otro lado trato de crear mi propio personaje.

  —¿Qué le pudiste poner de tu creación?

  —Esencialmente fue importante no entrar en comparaciones para escuchar al director y ver qué le pasa a esta mujer. Van a escuchar a Doña Flor desde Mónica Ayos. Eso forma parte de la personalidad, de una actitud , de una forma de actuar, de un estilo. Más allá de eso, creo que cada personaje que interpreto tiene algo mío. Creo que está en el inconsciente y en la fantasías de todas las mujeres buscar la perfección en un solo hombre. Yo por suerte en la vida real lo encontré con mi marido, pero también lo que estoy tratando es de hablar por las mujeres que no se atreven a decir que las fantasías también existen y que las mujeres las necesitamos para seguir viviendo.

  —Después de treinta años, cuando ya no hay tantos prejuicios sobre la sexualidad y la sensualidad ¿hoy puede sorprender hablar de esas fantasías?

  —Lo sorpresivo sería que salgamos todos vestidos... (risas). Suena gracioso, pero es así. Lo que pasa es estamos hablando de una obra que tiene cierto tinte erótico y hay historias que hay que contarlas de una manera, no se puede ni quitarle ni agregarle nada. Ahora estamos en un país mucho más democrático donde nos sentimos mucho más liberales, donde abrimos nuestra mente y donde de verdad se respeta el laburo actoral y no se confunde con burdo y chabacano lo que se hace realmente con total respeto, con profesionalismo, con sacrificio y con buen gusto. Entonces, desde ese lugar todo vale. Desde una actriz, creo que contar una historia tan fuerte como esta es mucho más importante. El desnudo pasa a ser anecdótico, tanto el mío como el de Habud.

  —¿Se puede hacer todo, cine, teatro y televisión, hacerlo todo bien y además tener tiempo para la vida privada?

  —Fue todo casi cronometrado para tener tiempo para mis hijos, para estar en mi casa, porque el reencuentro con uno mismo también tiene que ver con lo que después das en el escenario y a tu familia. Tiene que ver con estar en eje. Y sucedió. Cuando las cosas son organizadas y están hechas con todo respeto, con amor y con pasión como yo lo siendo por mi carrera, creo que todo fluye. Y así fue.

  —Te facilita las cosas que tu marido esté en México...

  —No... porque el tiempo que le dedico a mis hijos es el de la familia. Los reencuentros tienen que ver más con la calidad que con la cantidad. Haberlo tenido a Diego al lado mío hubiese sido un gran alivio para mí al reencontrarme con mi pareja, pero no se dio de esa manera y lo vivimos con total valentía. Además yo lo impulsé a que se fuera como toda mujer que está detrás de un gran hombre.

  —¿Qué expectativas tenés con tu trabajo en cine?

  —El cine que es lo que te da la posibilidad de aprender a laburar en otro medio y en esta caso nada menos que con Sergio y hacer un clásico en teatro como «Doña Flor». Todo esto habla de un crecimiento y un perfil de actriz en el cual lo sensual puede estar sin interferir. No necesariamente uno tiene que enfatizar en el cuerpo; si hay que usarlo se usa y si no se le pone el poncho, pero creo que la actriz le ganó ampliamente al resto de los géneros”, aseguró.
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Mónica Ayos entre Claudio García Satur y Miguel Habud.

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