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 domingo, 26 de noviembre de 2006  
La lección del maestro
Fernando Chao dedicó su vida al periodismo y la crítica de cine. En esta entrevista, la última que concedió, repasa su historia y sus pasiones

Fernando G. Varea

En procura de datos y conceptos útiles para prologar una compilación de sus críticas de cine, con Alfredo Scaglia -director de Cine Club Rosario y autor de la iniciativa- entrevistamos a Fernando Chao un par de meses atrás. Simpático y entusiasta a sus 94 años, en su elegante departamento de Mitre y San Lorenzo, el viejo maestro desgranó recuerdos y opiniones, con la vivacidad de quien comparte una charla con amigos, y la claridad de quien ha conocido ajetreos en su vida pero no en sus ideas. Mientras tomaba su té con galletitas, acompañado por varios libros y algún video que habían ocupado su tiempo libre en esos días, habló de sus preferencias en materia de cine: estimaba a Alfred Hitchcock "hasta «Psicosis»", a Ingmar Bergman "a pesar de sus reiteraciones", a Luis Buñuel ("«Viridiana» es el Quijote del cine español"), a Akira Kurosawa y a Luchino Visconti, pero también recordaba vivamente el filme británico de terror "El pueblo de los malditos" (1960, Wolf Rilla) y no tenía vueltas para afirmar que sin Beatriz Guido, Leopoldo Torre Nilsson "hubiera hecho un cine mejor". En el transcurso de esa tarde, Chao expresó, entre otras cosas, lo siguiente:

  • Rosario. "Nosotros desembarcamos en Buenos Aires el 19 de junio de 1940. Me quedé allí tres días porque no me gustó Buenos Aires, allí no se vive, en Rosario sí, no ha perdido ese aspecto de pueblo que tiene Madrid. Por eso, para vivir o para morir, prefiero Madrid o Rosario, lo demás, para pasar el tiempo".

  • El periodismo. "Mi primer contacto fue con criollos y con simpatizantes de los republicanos, que era la gente más interesante. Un profesor uruguayo, que colaboraba en La Capital, me preguntó si podía escribir sobre los campos de concentración. Y dije que sí. Era sobre los campos de concentración de Francia, de los que tenemos que hablar con agradecimiento. En comparación con los que vinieron después, eran hoteles 5 estrellas. Lo que pasa es que nunca se habían conocido, por eso hablar de ello... En esa época, para ganar dinero se escribía sobre el pie izquierdo de la tarara y su diferencia con el pie derecho... Resulta que mi artículo gustó. Tanto que llegó un momento en que otros colaboradores que había en la misma página comenzaron a protestar: ¿cómo este señor escribe dos artículos en una semana, en vez de un artículo al mes? Y empecé a publicar con seudónimos: Rodrigo de la Cruz, Fernando Rodrigo".

  • El cine. "Iba a todos los cines. Lo he hecho lo mejor que he podido. Yo he ido a ver los estrenos en el Belgrano, y he visto muy buenas películas allí. Y al Esmeralda, que estaba en avenida Pellegrini. La primera película de Stanley Kubrick en Buenos Aires se había estrenado pero no lo habían visto, y yo la elogié, a mí me había parecido una magnífica película. Después del éxito de «La patrulla infernal», los críticos porteños pidieron verla de nuevo e hicieron un gran aparato."

  • La literatura. "Cuando la película me lo pedía, me servía mi experiencia para escribir literatura. Si hubiera ido a México, y hubiera hecho crítica de corridas de toros, también hubiera usado la literatura".

  • El Festival de Mar del Plata. "Fui jurado allí. Recuerdo que estaba Abel Gance, que vino a codearse con la argentina que fue su secretaria, estaba loco por ella. Había una comedia francesa que me gustaba mucho, pero él no votó porque no había visto las otras. Le decíamos Abel Gagance, porque estaba gagance..."

  • El público. "El cine comenzó siendo lo que es ahora: un espectáculo para niños. Los trucos que ahora entusiasman tanto son como los que vieron mis padres y mis abuelos. En una época fue cine para novios y para las familias, después empezaron a hacer cine tipos que decían algo. El cine de la comedia americana, por ejemplo, parece que no pero ya era un adelanto. Lo bueno es hacer que el mejor cine del mundo lo entienda todo el mundo. El teatro clásico se entendía. Lo que ocurre es que al público le dan siempre mala pasa, pero si le dan también grano come grano".

  • El futuro. "Estamos naciendo... ¿Cuántos siglos lleva el hombre pintando, haciendo versos, haciendo música? ¿Y cuánto tiempo lleva el hombre haciendo cine? Estamos empezando."
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    Chao falleció la semana pasada en Rosario, donde se radicó en 1940.

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