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sábado,
11 de
noviembre de
2006 |
Un café
en la neblina
Contesto la carta de Cristina Retamales Contreras (3/11) sobre el derecho al aire puro. Creo que nadie pone en tela de juicio los efectos que tiene el humo para los fumadores pasivos ni tampoco la necesidad de que existan lugares libres de humo. El problema de la ley es que no se le permite al fumador elegir, como bien decía en su carta. El derecho a la salud, educación y tantos otros no son menos que el derecho a la libertad de elección. Y no hablemos de los perjuicios que trae esta ley, sin ir más lejos hace unos días fui a cenar a El Cairo y uno de los dueños me comentaba la cantidad de dinero que perdía, que lógicamente termina por afectar directamente a sus empleados. Yo pregunto: ¿a qué no fumador le molestaría que existan locales para fumadores y para no fumadores?. Dejemos que cada uno elija, yo como fumador tomarme un café en la neblina y vos como no fumadora hacerlo con el aire limpio. Si quieren controlar algo que sea la cantidad de locales habilitados para fumadores. Seamos justos y que todos tengamos el mismo derecho.
Alejandro Sena, DNI 32.513.558
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